30 abril 2012

Nada de disculpas: a tomar el aire.

O mejor dicho, las dos cosas: disculpas y a la calle. He tenido que oír que el ministro del interior ha pedido disculpas por decir que las víctimas del terrorismo buscan venganza, para creerme que lo haya dicho. Que un miembro del Sindicato de Estudiantes confunda venganza y administración de justicia, es comprensible; que lo haga un ministro del interior normal (quiero decir, no del GAL) está aún por bautizar.

A veces, oyendo a los políticos, desde el proceso de paz a esta parte, se diría que el Estado es el administrador del perdón que las víctimas, como buenos cristianos, deberían otorgar a sus agresores. Lo cual, en un Estado que se precia de tan laico, resulta ya el colmo.

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