En Imán, de Sender, encuentro este localismo aragonés, con el que motejaban a san Josemaría en el seminario por ser muy aseado. Viene a equivaler a “señorito”.
Y YO QUE ME LA LLEVÉ AL RÍO
CARTAPACIO DE JESÚS SANZ RIOJA
18 julio 2025
16 julio 2025
Cuentos valencianos
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12 julio 2025
Cuaderno prohibido
La narración sorprende con un arranque diría que distópico,
pues el kiosquero le vende el cuaderno de tapadillo, ya que “está prohibido”.
No sabemos por qué, pero el hecho es que, en efecto, el diario parece tener un
poder maléfico, pues la lleva a una introspección que revela… ¿su verdad?, no,
sino su debilidad. Poco a poco Valeria se sume en un abismo de autocompasión y
victimismo que perjudica a la relación con su familia y la lleva a buscar la felicidad
en brazos de su jefe, otro cuarentón insatisfecho.
El desenlace a lo Casablanca
es algo escéptico, pero nos muestra a una Valeria que se sobrepone al ridículo
que estaba a punto de hacer y opta por la relativa felicidad que proporciona la
fidelidad a los vínculos contraídos, por encima de estúpidos romanticismos
extramatrimoniales y cuarentones. Más de un lector lo lamentará, quizá también
la propia autora, pero yo brindo por la decisión de Valeria. Por cierto: un
futuro nieto tiene la culpa.
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10 julio 2025
Perlas vosslerianas (y III)
El sentimiento del
honor de los soldados y de los oficiales era, en este ejército, un fundamento
más importante que la disciplina. “Por la honra pon la vida, y pon las dos,
honra y vida, por tu Dios”, era un conocido proverbio militar. Con harta frecuencia
se daban motines, pero rara vez actos de cobardía. Y no, ciertamente, por su
composición y organización, sino por la idea de que era honroso servir al rey
de España, este ejército, que se componía de españoles y extranjeros, de
voluntarios y de gentes procedentes de levas, fue un verdadero ejército nacional,
el primer ejército nacional de la Edad Moderna. Este ejército, que era considerado
una escuela de honor, en que los tránsfugas y parias podían ganar de nuevo la
consideración social, pasó a constituir un ejemplo para el resto de las
naciones. Era también puerto de refugio para todo género de aventureros. Y
precisamente en ese azar de honores y derrotas se veía su valor educativo,
confortador, rehabilitador ante Dios y ante los hombres. En la aventurosa carrera
militar, los sanos de espíritu y los valientes se sentían a sus anchas, los
débiles mal, y los frívolos adquirían la gravedad de que estaban faltos. Servir
en el ejército español no fue solo una escuela del honor y de la aventura, sino
también un penal donde iban a purgarse delitos pasados. Junto a los voluntarios
militaban los penados, ora en la infantería, ora en galeras. En una galera real
termina sus días Guzmán de Alfarache, y sólo ahí llega a la plena conciencia de
su vida y a un íntimo arrepentimiento. El autor de la famosa historia escribe:
“La vida del hombre milicia es en la tierra: no hay cosa segura ni estado que
permanezca perfecto, gusto ni contento verdadero”. (Pp. 123-124)
…
Cuando se ha empezado […] a estudiar sin prejuicios la influencia de
la Inquisición y de la censura sobre la literatura española y las bellas artes,
se ha puesto en claro, con gran sorpresa, que dicha influencia es escasísima.
La presión ejercida sobre el pensamiento, que consideramos hoy como algo
intolerable, apenas la sintieron entonces ni siquiera las mejores cabezas ni
los espíritus más delicados. Y eso que debe tenerse en cuenta que los españoles
distaban mucho de tener una mentalidad servil, pues experimentaron siempre un
gran placer en sublevarse, protestar y desobedecer… (Pp. 139-140)
07 julio 2025
Perlas vosslerianas (II)
[En el drama español] lo mismo que en un sueño, lo sublime se desarrolla, naturalmente, al lado de lo ridículo, y la gravedad más profunda junto a las vulgaridades y las burlas, llegando incluso a hacerse, por ese contraste, más profunda la profundidad de lo ensoñado. Así logra la poesía española, del contraste de lo excelso con lo vulgar, su unidad espiritual y artística. Se parece al claroscuro, que forma del blanco y negro su unidad y su mundo. (P. 57)
…
Esta historia nos
enseña
que para Dios todo
es fácil,
y que en el mundo
es posible
ser un hombre santo
y sastre.
(Santo y sastre,
de Tirso de Molina, citado en p. 72,
que sigue:)
En la manera de ver el
mundo, y en el arte de los españoles, lo divino está en íntima relación con lo
humano, y el héroe tiene junto a sí al bufón como amigo inseparable…
…
[Hablando de los Ejercicios
espirituales de san Ignacio y
extendiendo a la cultura española la cosmovisión subyacente]
En una palabra, el
hombre, señor de los animales y de las cosas, con el único fin de servir a la
gloria de Dios, fue el ideal teocrático de una vida, a la vez espiritual y
militar, según el cual se encaminan el monje y el soldado, el hidalgo y el noble,
el rey y, con él, toda la nación. La gloria del hombre se eleva así hacia la
gloria de Dios, la cual, a su vez, glorifica el sentimiento humano del honor.
(p. 121)
04 julio 2025
Obras de misericordia con cabeza
Si el que llega es un caminante, ayudadle con cuanto podáis; pero no permanecerá entre vosotros más que dos días, o, si hubiera necesidad, tres. Si quiere establecerse entre vosotros, teniendo un oficio, que trabaje y así se alimente. Si no tiene oficio, proveed conforme a vuestra prudencia, de modo que no viva entre vosotros ningún cristiano ocioso.
Didaché o Doctrina de los Doce Apóstoles, 12, 2-4
01 julio 2025
Perlas vosslerianas
De mi segunda lectura de Algunos caracteres de la cultura española, de Karl Vossler, que en su momento dije me resultó difícil de resumir, anoto algunos pasajes de interés.
La literatura [española] es en el siglo XVI, y especialmente en el
siglo XVII, completamente distinta de lo que fue en la Edad Media, y, si no me
equivoco, siente usted [Hugo von
Hofmannsthal] más afición por esta
poesía barroca que por la medieval. Pero hay un gran motivo que persiste y
actúa en la literatura de ambas épocas a través de todas las vicisitudes de su
historia y de los distintos estilos: es lo que pudiéramos llamar sentimiento
metafísico del honor o, quizá mejor, militarismo religioso. (P. 10)
…
En la España de
entonces [Siglo de Oro] se
literalizaba* la vida y se vivía la literatura. Si no, ¿cómo
hubieran podido surgir Don Quijote y esta Dorotea? Las dos obras son un espacio
poético que se superpone a la vida de un hombre, que se introduce en ella, que
la colorea, la eleva, la adorna, la hermosea, la embriaga y también la falsea,
hasta que, ante la muerte y la eternidad, se desploma todo su esplendor.
(P. 47)
*Sic en la traducción de Austral. Hoy
diríamos más bien literaturizaba.
…
…que seamos como los
españoles de los grandes tiempos fueron: que nos sintamos dichosos de vivir,
que seamos exaltados y hasta —¿por qué no—frívolos, impresionables y blandos,
pero también vigilantes siempre en lo tocante a las cosas eternas. […] En estos tiempos de relajamiento y molicie [1924],
a los que estamos condenados, se recrea
uno de buen grado en una literatura y un pensamiento como los españoles. (P.
48)
…
Para el francés, tiene
la palabra, en alto grado, un valor activo, práctico y eminentemente realista. Para
el español, mucho menos. (P. 58)