09 diciembre 2019

Camino de perfección


Este libro tiene una historia textual complicada, según nos hace ver el prologuista de la edición digital que he utilizado (Vicente de la Fuente). Son varios los códices que lo contienen, con variantes de distinta entidad entre sí. La mayor diferencia vino determinada por las supresiones que las autoridades eclesiásticas sugirieron a la autora. Esta edición que digo trae las dos primeras redacciones, ambas conservadas, una en El Escorial y otra en Valladolid. He escogido la primera, la del Escorial, que es la versión libre de las zarpas de los bienintencionados pastores.

La obra se divide en pequeños capítulos con secuencias numeradas a su vez. He “subrayado” en los primeros capítulos numerosos pasajes, no tanto en los últimos. Los primeros, de hecho, tienen, diría yo, un ritmo más vivo, y son una serie de indicaciones de tipo ascético dictadas por la experiencia y con conciencia bastante segura. La mayor parte me resultan familiares, porque sirven no solo para la espiritualidad monacal. Así, por ejemplo, a la hora de corregir una monja a otra

debe encomendarla mucho a Dios, y tratar de lograr en sí misma la perfección en la virtud contraria a la falta que ve en la hermana; de esta manera ella entenderá mejor su error que con cualquier reproche o castigo.

O bien, tratando de la caridad:

…compartir con las hermanas las cosas que a ellas causan placer, aunque a vosotras no interesen, es caridad…

Ojo con el cuerpo serrano, que

…tiene un defecto: que mientras más lo regalan, más necesidades se descubren. Es extraño lo mucho que quiere ser regalado. Como así puede engañar a la pobre alma para que no progrese, no se descuida.

Y sobre aquellas monjas que andan siempre queriéndose salir con la suya:

La que no quiere llevar la cruz, y acepta solo la que le dieren muy puesta en razón, no sé para qué está en el monasterio; vuélvase al mundo, donde tal vez tampoco le respetarán esas razones…

Entre otros muchos consejos de sabia y piadosa directora. La segunda mitad del tratado se dedica a glosar el Padrenuestro y su análisis es más reflexivo y sutil, al menos no encontré sentencias tan directas al blanco como las que he citado.

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