Leyendo el capítulo sobre la Generación del 98 en Fracasología, de María Elvira Roca Barea, me encuentro esto:
Como señala M*** P*** [en una ponencia de 2004], “en 1898
tiene lugar el desastre militar de Cavite y Santiago de Cuba, por el que España
pierde sus últimas colonias ultramarinas. Los luctuosos sucesos de este año han
sido considerados por algunos como la causa que habría dado lugar al grito de
protesta de los escritores definidos más tarde como "los hombres del
98". La protesta contra la política responsable de lo ocurrido y el deseo
de una reforma radical en España existió, en efecto, pero su motivo fundamental
no fue la derrota sino el descontento frente al ambiente político, social y
cultural del país. […] Pero la corriente de doctrinas regeneradoras no motivó
la catástrofe nacional. No hizo más que avivarla.”
Doy un respingo, porque esas palabras las conozco como el Padrenuestro, y no en relación con M***
P*** (a quien no conozco) ni desde el 2004 precisamente, sino que figuran tal
cual en el manual de Historia de la literatura española de José García López, cuya decimonovena edición de 1974 utilicé en las oposiciones (hablo
de los años 1987-89).
¿Se equivoca Roca
Barea al citar? No, porque la ponencia de marras está on line y, en efecto, puede verse que M*** P*** (o sus editores, no
sé) transcribe, justo en el inicio, los párrafos de García López, sin entrecomillar ni citar la procedencia, ni
siquiera de las dos últimas frases, que son una cita de Azorín.
En fin, ya se ve que este tipo de prácticas son de lo más
habitual, y lejos de mí romper una lanza por el presidente del gobierno, pero
se ve también que hay que tener cuidado a la hora de atribuir malas prácticas a
un autor en las citas, como han hecho con doña Elvira, porque esto de las intertextualidades es toda una maraña
que se nos va de las manos…