Arturo Pérez-Reverte se suma a la elvirofobia con un artículo en que afirma, entre otras cosas, que
la señora Roca Barea trata de
hacernos olvidar que la Iglesia nos mantuvo varios siglos en el atraso y el
analfabetismo.
Es este tipo de animaladas lo que constituye el mejor aval
para el libro que se trata de atacar, pero claro, Pérez Reverte está en el papel de Demetrio, el platero de Éfeso. Ve peligrar el negocio de la España
negra al que tan sustanciosos réditos viene sacando desde hace muchos años, con su Alatriste, sus artículos y demás.