En el enlace a su blog puse aquello de
“por eso tienes tan pocos”, que respondió Santa Teresa a aquella
locución divina, “así trato yo a mis amigos”; así los trato, es decir,
cargándolos con la cruz.
Ahora, por fin, Joaquín habrá podido
escuchar del Padre aquellas palabras que siempre deseó para cuando llegara la hora, y con las que terminaba su libro:
--Te conozco. Entra. Puedes dejar la
silla de ruedas en la puerta.