En aquella agrupación literaria, y
gracias a la valía de otro alumno, García Garrido, se representaron
obras teatrales como Calígula, de Camus, Doce hombres sin
piedad, de Reginald Rose, Las manos de Eurídice, de Pedro
Bloch o Todos eran mis hijos, de Arthur Miller. Hace muy pocos
días que un compañero de entonces me acaba de regalar los programas
de las películas que vimos en el cine del colegio en aquellos tres
años y solo dos de ellas eran españolas; las demás eran
extranjeras, y con una altura y un fondo muy especiales para comentar
en los diálogos posteriores del cineclub; altura, la de aquel cine
de ayer, que ya quisiera para sí cierto cine de hoy.
Antonio Colinas, Memorias del
estanque, p. 36. Recuerdo que está hablando del curso 61-62 en
el colegio Luis de Góngora, adscrito a la Universidad Laboral de
Córdoba.