Buen documento en Radio Nacional sobre Zenobia Camprubí,
mujer que debería estar ya en los altares.
En el Madrid rojo del 36 la vida de Juan Ramón estuvo
en un hilo, una vez, una porque le confundieron con un fascista y
siempre porque se le notaba su condición de señorito. Zenobia
decidió que tenían que largarse. Dice una entrevistada, no recuerdo si de los
herederos del poeta: “Yo no lo llamaría huida...”