Germán alaba la valentía de una mujer que “no tuvo
inconveniente en afrontar la opinión de la sociedad”
Como Lucía –vuelve a pensar Marina– [...] Es un producto nítido
de los tiempos actuales. Uno de esos ejemplares que confunden el cinismo con la
valentía y que no sienten reparos en vender su porvenir por un placer eventual.
Tal vez porque sabe con certeza que la sociedad no va a reprocharle su
conducta. La sociedad ya no condena lo que siempre ha sido condenado: esa
condena ha pasado a la historia. La sociedad, ahora, es la gran celestina de
ese tipo de valentías.