Cuenta Rafael García Serrano que, durante la
guerra civil, el locutor de una emisora roja de Bilbao le dijo a otro de Madrid
que no se preocupase por las fuerzas gallegas que habían salido hacia Asturias,
porque “en Galicia no hay más que mariscos, pero no hombres”. Y que los
combatientes gallegos le tomaron la palabra y empezaron a lucir en su
indumentaria siluetas de centollos, vieiras, langostas, etc. Pero también hubo
quien quiso devolver la pelota y compuso la siguiente copla:
Os que vimos de Galicia
e que nos chaman mariscos,
¿cómo se chamarán eles
que fuxen de risco en risco?
(En Diccionario para un macuto, s. v.
MARISCO)