Orwell, en Homenaje a Cataluña:
Para cualquier miembro
de la civilización endurecida y burlona de los pueblos de habla inglesa había
algo realmente patético en la literalidad con que estos españoles idealistas
tomaban las gastadas frases de la revolución.
Vamos, que aún creíamos en algo, a un lado o a otro. No deja
de chincharme un poco ese dejo de superioridad de estos ingleses, aun elogiando.
Lo cierto es que en algo debía de creer también él para tomar una decisión como
la de venir aquí a jugarse el pellejo.
Por cierto, se refiere a cosas como las siguientes: En las barberías había letreros donde se
explicaba solemnemente que los barberos ya no eran esclavos. En las calles,
carteles llamativos aconsejaban a las prostitutas cambiar de profesión… En esa
época las canciones revolucionarias del tipo más ingenuo, todas ellas relativas
a la hermandad proletaria y a la perversidad de Mussolini, se vendían por pocos
céntimos. A menudo vi milicianos casi analfabetos que compraban una, la
deletreaban trabajosamente y comenzaban a cantarla con alguna melodía adecuada.
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