Las súplicas de Esperanza Aguirre y de Monago
al PSOE para un pacto contra los otros resultan patéticas. Parecen no darse
cuenta de su situación. Son los vencidos, los van a arrastrar por el polvo, y
lo que suceda después es asunto de los vencedores. La respuesta del socialista
madrileño ha sido contundente y muy expresiva de sus razones: "No, no y
no. Ya que le gusta tanto la Biblia le diré: antes entrará un rico en el reino
de los cielos". Miguel Hernández al frente de sus milicianos no lo
habría dicho mejor. A Esperanza Aguirre sólo le queda llorar como la otra vez,
cuando confió en que los socialistas apoyarían una reforma racional del sistema
educativo.
Y todo esto, como diría Eulogio López, es bello e
instructivo. La derecha (ya me entienden) tiene otra oportunidad de darse
cuenta de dónde está el PSOE, ya que no han aprendido la lección del proceso de
paz, allá por el 2004. Antes con los antisistema que con el sistema. Pas
d´ennemi a gauche, como dirían los de arriba. Nada que ver con sus propios
escrúpulos: ¿la droite?, oig, calle, caballero, usted me confunde. Bien.
Ahora que no hay nada a su derecha respiraban tranquilos. Podían dedicarse a
ser una versión edulcorada del PSOE. El problema es si alguien necesita
semejante cosa. La gente ha hablado.
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