Si no me diese un asco irreprimible ilustrar mi blog con una
pareja homosexual, colocaría como gadget la foto que trae esta página con esa
preciosidad de niño en manos de esos dos desgraciados y el rótulo de save
the children que usaba antaño. Tal vez se trate de las personas reales, tal
vez sea un montaje para ilustrar la noticia, pero es igual. La página se dedica
a la decisión del tribunal federal suizo de anular la paternidad de dos maromos
sobre un niño gestado por vientre de alquiler (madre portadora, dicen
allí). Como dice el redactor, es una decisión que hace prevalecer el derecho
del niño sobre el derecho al niño.
La sentencia se basa no en la homosexualidad de los padres,
sino en la ilegalidad de la gestación de alquiler en Suiza, pero al menos es un
paso en la salvación del chaval. Espero. No me hago ilusiones, porque es fácil
que de momento siga custodiado por los facinerosos y, en todo caso, es una
persona en alto riesgo de suicidio sobre todo al llegar el día de la madre.
Pero lo esencial es destacar esa perspectiva: el triunfo de los derechos de la
persona sobre los caprichos inhumanos que se hacen pasar por tales.
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