Álvar Núñez Cabeza de Vaca escribió esta crónica
sobre su expedición a América del Norte y, cuando ya era adelantado, otra
titulada Comentarios, que muchas veces se edita con Naufragios y
que se dedica al sur del continente. El relato es espeluznante, como todos los
de los conquistadores, y te hace quitar el sombrero ante el valor de esta
gente. Allí estaba él, con tres compañeros, desnudos como nacieron, como dice
él mismo, de indios a indios, hasta topar con cristianos vestidos con
los cuales pudieron regresar a Europa. No sé si el mismo Cabeza de Vaca
llegó a creerse esos relatos sobre curaciones milagrosas que nos cuenta aquí, o
alguna que otra anécdota con aires de trola de cazador fantasioso. Juan
Francisco Maura, en la introducción, dice que el relato es más literario que
histórico, y que ambas cosas andaban fundidas casi siempre en los relatos del
Nuevo Mundo, en general en los de los españoles de la época. Y me equipara a mi
héroe con un pícaro. Pues tal vez. Pero desde luego eso no le quita valor a sus
peripecias, que todavía no cuentan, que yo sepa, con una superproducción de
Hollywood, a pesar de que Cabeza es uno de los conquistadores españoles
más conocidos por allá, como es lógico.
Añade interés al relato ese castellano del XVI, tan nítido,
y la naturalidad de la narración, casi evangélica, y por cierto que otra de las
ocurrencias del Maura es que Cabeza se presenta a sí mismo como
un Cristo. Bueno, algo hay que hacer para hinchar el perro en la
introducción.
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