Marty Robbins poseía una voz agradable y potente, una
apariencia simpática y un talento nada común de compositor. Murió en accidente
de avión hacia 1980 pero dejó un repertorio inmenso. Esta recopilación (de las
pocas que se podían encontrar en 1989) reúne muestras de algunas de las muchas
teclas que tocó. Era básicamente un cantante de western y él mismo
compuso clásicos como El Paso o Big iron, pero recreó
estupendamente otros como la balada de El Álamo, Streets of Laredo
o Cool water. En los 50 no se privó de hacer rock and roll y ahí está,
por ejemplo, Ruby Ann. Le tiró la música hawaiana, de la que aquí no hay
ejemplos, y por supuesto la mexicana: en María Elena exhibe un español
muy mejorable pero no deja de recordar a Los Panchos.
Pero, después del western, su faceta más relevante es
la de la canción romántica, lo que allí llaman crooning, para la que no
le faltaban cualidades vocales (nada que envidiar a Matt Monro o a Andy
Williams, por ejemplo) y donde obtuvo éxitos indiscutibles como My woman my woman my wife, aquí no representada. En cambio tenemos The air that I breath o I did what I did forMaria.
Cuando alguna vez ha ido a buscar en otras voces (Don
Edwards, Sons of the Pioneers) cosas que él cantó, no han pasado la
prueba. En western, Marty
Robbins.
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