La segunda salida de Matchbox (1980) arroja un
resultado tan brillante como la primera. De tener que elegir, me quedaría con
el disco del 79, por una razón: en Midnite Dynamos se nota que Steve Bloomfield
empieza a adornarse y a mariposear demasiado por los terrenos aledaños al rock
and roll. Le sobran facultades, a él y a sus chicos, para hacerlo, y de hecho
el resultado es casi siempre brillante, como en Stranger in Nevada
(instrumental con ecos de Riders in the sky), Sweet Lolita o JellyRoll. Pero otras veces no lo es tanto: por ejemplo, el tema titular es una
caca, aunque lo eligieran como single y lo programasen en las emisoras de
radio.
También aquí las composiciones propias y las versiones se
reparten al cincuenta por ciento. Mejoraron el Marie Marie de los Blasters,
donde el guitarrista Gordon Scott empezaba a proclamar sus derechos como
voz solista; desempolvaron un tema del malogrado Ritchie Valens (C´mon let´s go) y se volvieron a atrever con Buddy Holly (When you ask about love), al que, como de costumbre, Fenton remeda
estupendamente.
En este disco la formación se convirtió en sexteto, ya que
incorporaban a un nuevo guitarrista, Dick Callan, que también tocaba el
violín, como se vio en Babe´s in the wood, ya en su siguiente producción. Por cierto, hablé antes de su segunda salida: quiero decir como grupo de éxito, porque antes habían publicado, que yo sepa, dos discos, pero de difusión discreta.
__