Para el coronel Moreira César, la república y la democracia parlamentaria
no son sistemas deseables por sí mismos, sino en cuanto le permiten hacer su
política. Si los controlan los otros, no sirven. Curiosamente, acusa a su
enemigo de querer destruirlos…
Hay una rebelión de
gentes que rechazan la república… Objetivamente, esas gentes son instrumentos
de quienes, como usted, han aceptado la República sólo para traicionarla mejor,
apoderarse de ella y, cambiando algunos nombres, mantener el sistema
tradicional. Lo estaban consiguiendo, es verdad. Ahora hay un presidente civil,
un régimen de partidos que divide y paraliza al país, un Parlamento donde todo
esfuerzo para cambiar las cosas puede ser demorado y desnaturalizado con las
artimañas en las que ustedes son diestros. Cantaban victoria ya, ¿no es cierto?
Se habla incluso de reducir la mitad de los efectivos del Ejército, ¿no? ¡Qué
triunfo! Pues bien, se equivocan. Brasil no seguirá siendo el feudo que
explotan hace siglos. Para eso está el Ejército. Para imponer la unidad
nacional, para traer el progreso, para establecer la igualdad entre los
brasileños y hacer al país moderno y fuerte. Vamos a remover los obstáculos,
sí: Canudos, usted, los mercaderes ingleses, quienes se crucen en nuestro
camino. No voy a explicarle la República tal como la entendemos los verdaderos
republicanos. No lo entendería, porque usted es el pasado, alguien que mira
atrás. ¿No comprende lo ridículo que es ser Barón faltando cuatro años para que
comience el siglo veinte? Usted y yo somos enemigos mortales, nuestra guerra es
sin cuartel y no tenemos nada que hablar.
Mario Vargas Llosa, La guerra del fin del mundo
Y a mí que me suena...
__
__