Mientras en Madrid los comunistas y sus afines obligaban,
bajo las más graves amenazas, a escritores y profesores a firmar manifiestos, a
hablar por radio, etc., cómodamente sentados en sus despachos o en sus clubs,
exentos de toda presión, algunos de los principales escritores ingleses
firmaban otro manifiesto donde se garantizaba que esos comunistas y sus afines
eran los defensores de la libertad. Evitemos los aspavientos y las frases, pero
déjeseme invitar al lector inglés a que imagine cuál pudo ser mi primer
movimiento ante hecho semejante que oscila entre lo grotesco y lo trágico.
Porque no es fácil encontrarse con mayor incongruencia. [...] Desde hace
muchos años me ocupo en hacer notar la frivolidad y la irresponsabilidad
frecuentes en el intelectual europeo, que he denunciado como un factor de
primera magnitud entre las causas del presente desorden [...]
Hace unos días, Alberto Einstein se ha creído con
"derecho" a opinar sobre la guerra civil española y tomar posición ante
ella. Ahora bien: Alberto Einstein usufructúa una ignorancia radical sobre lo
que ha pasado en España ahora, hace siglos y siempre. El espíritu que le lleva
a esta insolente intervención es el mismo que desde hace mucho tiempo viene
causando el desprestigio universal del hombre intelectual, el cual, a su vez,
hace que hoy vaya el mundo a la deriva, falto de pouvoir spirituel.
En cuanto al
pacifismo, junio de 1938
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