de Pandora y el Holandés errante.
Ava Gardner recortando contra un ocaso mediterráneo, con mirada
soñadora. Cualquiera de esos primeros planos podría haber aparecido en la feria
del libro antiguo que ha abierto puertas este fin de semana. Suelen decorar las
casetas con ese tipo de pósters.
En el Diccionario del cine que publicó Rialp allá por
el 90 dice que Ava Gardner no era tan mala actriz como han dicho, pero
que necesitaba directores que montasen una película sobre ella, ya que se
interpretaba estupendamente a sí misma. Es lo que hizo al parecer Albert
Lewin en esta fantasía melodramática, con un Mario Cabré aportando
comicidad involuntaria, aunque por fortuna su personaje es secundario. El otro
atractivo de la película es el coche de carreras, tipo Le Mans, que maneja otro
personaje. Estética clásica frente a estética futurista, je. La clásica es la Gardner,
claro, que lleva sus modelitos como un peplum.