09 mayo 2014

Consideremos las siguientes paradojas...


-Poner el énfasis en el pensamiento crítico a la vez que se elimina el conocimiento reduce la capacidad del estudiante de pensar críticamente.

-Alabar a un niño constantemente para reafirmar su autoestima sin tener en cuenta su logro académico alimenta la autocomplacencia o el escepticismo, o ambos, y desemboca finalmente en un declive de la autoestima. 

-Prestar atención de modo significativo a un estudiante en una clase de veinte o cuarenta significa que el profesor acaba por abandonar a la mayoría de los niños la mayor parte del tiempo.

-Las tareas para casa, que han sido denominadas como "evolutivamente inapropiadas" han demostrado ser altamente apropiadas para millones de estudiantes en todo el mundo, mientras que los escasos conocimientos con los que se alimenta a los niños estadounidenses sí que es evolutivamente inapropiado (en dirección descendente) y encima a menudo les aburre. 

J. D. Hirsch, La educación que necesitamos.

Él lo llama paradojas, supongo que irónicamente. Cualquier educador que se guíe por la experiencia y no por construcciones mentales ex nihilo los llamaría principios elementales.

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