14 marzo 2012

Ortega y Unamuno en la España de Franco


Este libro incide de nuevo en la polémica que podríamos llamar Laín/Calvo (es curioso, pero creo que hubo un personaje histórico llamado así). De hecho, se subtitula El debate intelectual durante los años cuarenta y cincuenta. En este caso el autor lo centra en lo que supusieron las figuras de Ortega y Unamuno para cada uno de los bandos en liza. El grupo de Laín Entralgo (llamado aquí aperturista y en otros lugares falangistas liberales) fue partidario de elevar a ambos autores a los altares del nuevo régimen, sin duda atraídos por el españolismo de ambos y por lo que su pensamiento pudo influir (que algo fue, sin duda) en José Antonio y su movimiento. Pos su parte, Rafael Calvo Serer y su entorno (llamado aquí antiaperturista e identificado a veces abusivamente con el Opus Dei) mostraron, desde su tradicionalismo monárquico, marcada hostilidad hacia ambas figuras, no como escritores, sino como representantes de algo en los fundamentos de la España que se quería. Este es uno de esos casos, creo, en que la razón asistía a ambos porque las posiciones eran más complementarias que encontradas. En concreto, los eclesiásticos cumplían con su deber al mostrar las fallas que desde el punto de vista cristiano presentaban ambas filosofías, y los liberales (¡qué ironía!) no erraban al tratar de aprovechar lo que de bueno, en todos los sentidos, pudiera hallarse en ellas. Sólo el afán de la época por estatalizarlo todo contribuyó a agriar el debate.

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