15 octubre 2008

Liberación

El aparcamiento del Honky-Tonk estaba casi igual que hacía quince años. Los coches habían cambiado. Mientras en los años setenta los clientes llevaban Mustangs y furgonetas pintadas con matices psicodélicos, las luces de la calle iluminaban ahora Por[s]ches, BMW y caravanas. Al cruzar el aparcamiento experimenté la misma curiosidad y excitación que cuando estaba soltera y salía de noche. Con mi presente nivel de sabiduría ni se me ocurriría repetir aquellas aventuras ("cerrar bares", lo llamábamos nosotros), pero en aquellos tiempos las acometía. En los años sesenta y setenta es lo que se hacía para pasarlo bien. Así se conocía a los chicos. Así te colocabas. lo que la Liberación de la Mujer "liberó" fue nuestra actitud hacia el sexo. Si antaño lo usábamos para negociar, ahora lo regalábamos. No sé a cuántas prostitutas dejamos sin trabajo por repartir "favores" sexuales en nombre de la libertad. ¿En qué estaríamos pensando? Lo único que conseguíamos al final eran borrachos llenos de ladillas.

Sue Grafton, O de odio