Este volumen reúne tres historias desarrolladas en diferentes
ámbitos relacionados con el mundillo gangsteril. La primera, entre pandillas de
contrabandistas de alcohol que nutren al tinglado de embarcaciones situadas a
la distancia pertinente para desafiar la Prohibición. La segunda, en una tópica
dictadura americana con guerrilleros y todo, con Jack teniendo que “formar” al
ejército del dictador, que tiene prisionera a su madre sin que esta se entere. Y
la tercera en Sicilia, con un Sammy y un Jack haciendo de vengadores de un puñado
de viudas que pronto demuestran que quizá no necesitaban protectores. Como es
habitual en las series francobelgas, hay un componente didáctico, sobre todo en
la tercera historia, que nos pasea por ciertos usos y lugares del país.
Una vez más, me complace que esta gente se relaje fumando y
bebiendo en vez de chupando ramitas, y anoto un guiño del guionista: en un
momento dado, un médico dice que no cree que el paciente, a quien han
tiroteado, se muera, porque supondría tener problemas con la censura. Vamos,
que Franco mandaba también en Bélgica, si ustedes me entienden…
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