Pero que me aspen si no se va pareciendo.
…el propio Alcalá-Zamora tomó nota de “la
sistemática ocultación por el Gobierno [de Azaña] a mí de cuanto ocurre sobre
alteración del orden público”, de la aprobación de decretos manifiestamente
anticonstitucionales, de excarcelaciones ilegales, etc. Junto a todo lo
anterior estuvieron las exculpaciones de quienes habían participado en la
revolución de 1934, culpables de delitos de sangre incluidos; su
reincorporación al ejército y a la policía; la simultánea inculpación de los
encargados de defender el orden constitucional; la ilegalización de varios
partidos derechistas y la detención de miles de sus militantes: la impunidad
para los delitos cometidos por izquierdistas; los procesos políticos
arbitrarios –José Antonio Primo de Rivera, por ejemplo, fue detenido “por
fascista”, delito no tipificado en el Código Penal--; las sustituciones de
alcaldes electos por militantes frentepopulistas; el incumplimiento por parte
del Gobierno de las sentencias judiciales, incluida, por ejemplo, la anulación
por el Tribunal Supremo de la ilegalización de Falange; la incorporación de
militantes socialistas y comunistas a las fuerzas de seguridad como “delegados
de policía”; etc. Todo ello fue resumido por uno de los fundadores de la República,
Miguel Maura, como “la verdadera plaga bolchevique que está asolando el país.
Los ciudadanos pacíficos viven con la sensación de que las leyes son letra
muerta”.
En Jesús Laínz, La gran venganza, parte III, "Republicanos contra la República". Se refiere claro, a los meses posteriores a las elecciones de febrero del 36.