Santa Teresa, Camino de perfección, capítulo 11, 7:
Y aquí se demuestra el
amor al saber sufrir esas faltas y no espantarse de ellas. Así espero que lo
hagan conmigo cuando yo las tenga y no me dé cuenta de ellas –y deben ser
muchas–. Debe encomendarla mucho a Dios y tratar de lograr en sí misma la
perfección en la virtud contraria a la falta que ve en la hermana; de esta
manera ella entenderá mejor su error que con cualquier reproche o castigo.