25 diciembre 2022

¿Qué fue de aquellos pastores,

con el paso del tiempo? Supongo que no nos hemos merecido un Evangelio más novelístico, al estilo de Dickens, donde todos los personajes hallan su lugar en el desenlace y hasta el último cabo queda anudado. O no ha sido voluntad del Padre el inspirarlo, por lo que sea. Supongo que todos ellos acabaron bautizados, al menos de deseo. Como esos otros que salen de paso: enfermos, menesterosos, tal vez incluso el joven rico.

Encontraron a un niño envuelto en pañales en un pesebre. Y seguro que no tenía cara de niño bueno de Enciclopedia Álvarez, como lo pintan a veces. Apenas tendría cara, como no la tienen los recién nacidos. En todo caso, mis niños jesuses preferidos son esos de pocos meses, con cara de susto, prestos a sonreír o a llorar en cualquier momento, una monada.

Nunca olvidaron al coro celestial, eso seguro. ¿Cómo lo contarían a sus nietos? Ni ojo vio, ni oído oyó… Esa catequesis capilar de los comparsas del Evangelio… “Paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace”… que no son los perfectos (no los hay) sino los que le buscan…