Si hubiera que quitar el nombre a todos los lugares, instituciones, eventos, etc., cuyo titular tuviese alguna mancha en su vida, nos quedaríamos, no sé, con la ciudad de San Francisco y con la miel de la Granja ídem, y poco más. Una vez más, la familia de Juan de la Cierva toma la línea de defensa equivocada: no hay documentos que prueben que apoyó al bando franquista. Y si lo hizo, ¿qué? ¿Es que apoyar al bando de Negrín lo hubiera hecho más decente? Según ese modo de razonar, si realmente se probara que su abuelo estaba por Franco, sí que habría que negarle honores. Un genio, el nieto.
El ingeniero español es víctima del gobierno más estúpidamente sectario (y envidioso) de la historia de Europa, y no hay más. ¿O habrá que cambiar el nombre a los productos Chanel, dejar de editar los discos de von Karajan o volver a condenar al silencio a Ezra Pound? Y eso en la hipótesis de que se pudiera equiparar a Franco y a Hitler. Mejor dejo de dar ideas.