"...ya no hay ámbito de la vida en el que no se hable de ética.
Todo se ha moralizado minuciosamente. Observemos lo fácil que es, a
continuación, transformar lo ético en político a base de promulgar una ley para
cada norma moral, un escrache mediático para cada opinión o conducta
políticamente incorrecta. Y el siguiente paso, una vez que hemos convertido ya
todo lo personal en político, consiste en poner todo lo
político bajo el control total de unos pocos."
Del artículo "La perversión de las causas justas", de Alfredo Marcos.