03 noviembre 2019

El páramo

Mercedes Formica habla de la actividad teatral en los años 40.


Tampoco se olvidaron los autores extranjeros, desconocidos hasta entonces en España. 1943. J. B. Priestley estrenó en Madrid, con La herida de nuestro tiempo, una de las obras más bellas que he visto en mi vida. Nuestra ciudad, de Thorton Wilder, traducida por J. José Cadenas, en la temporada del 44. Un espíritu burlón, de Noel Coward; Cocktail Party, de T. S. Eliot, y Llegada de la noche, de Hans Rothe, en 1945 y 1946.


(Escucho el silencio, p. 102)