02 junio 2019

Diario de un jubilado


Qué triste se me hace ver a Lorenzo colgado de la tele, suspirando por una parcela y permitiéndose escarceos extramatrimoniales. Pero a fin de cuentas lo que hace Delibes no es más que crítica social, una vez más, como en la oprobiosa, cuando la censura no le dejaba hacerlo en el periódico. En los 90 tocaba criticar ese consumismo y ese permisivismo que nos afligen. Solo que aquí Delibes hace predominar el humor sobre los tonos oscuros de Las ratas o Los santos inocentes, y la cosa termina a lo Paco Martínez Soria, con el matrimonio reconciliado y los pecados aborrecidos, tras unos lances de carcajeo con algo de intriga policíaca incluso. Divierte también el español coloquial de Lorenzo, así como su relación “profesional” con el poeta bujarrón, contribución de Delibes al temita, aunque también en plan satírico. Obra menor, en definitiva, que no hacía presagiar El hereje.

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