en el cuento "Luces":
...la gente fría, reconozcámoslo, no se preocupa de la
castidad. Esa virtud solo la conocen las personas afectuosas, impulsivas y
capaces de amar.
Me quedo con lo último, claro: ser poco afectuoso, o nada
impulsivo (lo cual también es una virtud) no inhabilita a nadie para la
castidad. Me alegra ver que la doctrina de la Iglesia en este punto,
relacionando castidad y amor, no se queda sola.