Cada uno tiene su idea del Bien y del Mal y debe elegir
seguir el Bien y combatir el Mal como él los concibe. Bastaría esto para
mejorar el mundo.
Cuando Francisco contestaba así a Eugenio Scalfari,
muchos se preguntaron cómo se conciliaba eso con la evangelización tan urgida
por el propio Papa. Tal vez Francisco tenía en mente estas otras
palabras del padre Ambrosio McNicoll, O. P., a propósito de la Gaudium
et spes.
...cuando un hombre busca de verdad lo bueno, encuentra
la ayuda de la gracia, aunque no se dé cuenta. Amar lo que es bueno es amar, al
menos implícitamente, a Dios; y dirigir la propia vida a hacer el bien es, en
opinión de muchos teólogos, escoger implícitamente lo sobrenatural. De aquí que
urgir al hombre a seguir su propia conciencia y llevar una nueva vida sea
prepararle para recibir el Evangelio, si no empezar a predicarlo.*
El Papa conoce bien el alma humana. Un "ataque
directo", en las circunstancias de personas como Scalfari, es, en
verdad, una tontería. Pero incluso en personas como Scalfari subsiste el anhelo
de verdad y de bien. La evangelización no es tarea para discípulos de Warren Sánchez.
*Citado
por José M. de Torre, La Iglesia y la cuestión social
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