04 marzo 2008

El castor


En diversas prédicas he oído, como seguramente vosotros, el ejemplo de los combatientes que, para ir más aprisa, tiran la impedimenta. Se trata de mostrar que conviene ir desprendidos de las cosas materiales si uno quiere ir adelante en la vida espiritual. Me permito brindar otro ejemplo que me trae, casualmente, Sebastián de Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española, en la voz castor. Sobre este animal corría una fábula:


Quando se ve perseguido de los caçadores, alcançando por natural distinto le persiguen por los testículos, que son a propósito para ciertos remedios en medicina, se los corta, y con esto escapa la vida. Pero Sextio, diligentíssimo autor en verificar semejantes cosas, niega ser posible, porque este animal tiene los testículos pegados y assidos al espinazo y muy pequeños. Bien es verdad que entre las ingles tiene dos tumores, cada uno del tamaño de un huevo de ánsar, en medio de los quales está el miembro genital, y por esta causa están reputados comúnmente por testículos. Estos, que son a modo de bolsas, le embaraçan quando va huyendo, y por esso se los corta.