Dos hermanos solterones, probos funcionarios de Aduanas,
comparten piso. Un día alguien deja un bebé a su puerta. Es el punto de partida
de una serie de diálogos chispeantes, que en eso consiste básicamente la obra,
sostenida por los dos personajes y, durante dos escenas, también por una
enfermera a la que manda el médico porque el niño llora que llora, y a ver qué
le pasa.
Final feliz.
Te diviertes.
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