Bueno, no es que estableciese una relación directa, pero es significativo. A José García Nieto se le puso entre las cejas ganar el premio Adonais de 1950 a pesar de ser miembro del jurado y para ello escribió un poemario como si fuera una mujer, lo tituló Dama de soledad, lo envió bajo el nombre de Juana García Noreña e incluso buscó una “autora” que recibiera el premio, en la persona de la asturiana Angelines de la Borbolla. Era 1950. Ganó.
Los detalles del contrato
me son desconocidos. Me enteré hace poco del suceso por la exposición que
conmemoraba los 75 años de Adonais, donde daban cuenta de la chusca anécdota, y lo
traigo aquí por lo que revela sobre la “marginación de la mujer” en el franquismo
y tal y tal, abundando en lo que dije aquí y en otras partes.