19 abril 2019

Donde no hay perdón


Interesante esta observación de Joseph Ratzinger, y muy actual.

El hombre no puede soportar la pura y simple moral, no puede vivir de ella; se convierte para él en una “ley” que provoca el deseo de contradecirla y genera el pecado. Por eso donde el perdón, el verdadero perdón lleno de eficacia, no es reconocido y no se cree en él, hay que tratar la moral de tal modo que las condiciones de pecar no pueden nunca verificarse propiamente para el individuo. A grandes rasgos puede decirse que la actual discusión moral tiende a librar a los hombres de la culpa, haciendo que no se den nunca las condiciones de su posibilidad. Viene a la mente la mordaz frase de Pascal: Ecce patres, qui tollunt peccata mundi! He aquí a los padres que quitan el pecado del mundo.

(En La Iglesia, capítulo 5, 4)