Carlos Herrera clama contra los tontos, y hace muy bien. Se
ha inventado un desfibrilador de tontos y cada mañana pone de vuelta y
media a tanto cantamañanas como, en, efecto, pulula por ahí. Poco imagina que
hoy le he catalogado a él entre los potenciales clientes de dicho
desfibrilador.
En efecto, aludiendo al incidente de 1981 (creo) en la Casa
de Juntas de Guernica, volvió a repetir la estupidez que ya le oí hace unos
cuentos años: que se levantaron los batasunos y se pusieron "a cantar el
Cara al sol"...
Como se recordará, los batasunos interrumpieron el discurso
del rey puño en alto mientras cantaban el Eusko Gudariak.
La intención, evidentemente, es comparar lo que a él le
parece comparable. Bien es cierto que en esta ocasión dijo "el Cara al sol
o algo así, el eusko nosequé..."
En fin, ya se ve que es muy difícil ir a la contra del
discurso dominante sin disculparse de vez en cuando. "Que conste que a mí
me caen también muy mal los fachas, tan mal como los de la ETA". Pues
nada, Herrera: no se mueva que le desfibrilo un poco.