13 noviembre 2008

Aquellas almas fueron intolerantes,


no por salud y vigor, sino por pobreza de complejidad, porque no sólo tolera el débil y el escéptico, sino el que en fuerza de vigor penetra en otros y en el fondo de verdad que yace en toda doctrina, puesto que hay junto a la tolerancia por exclusión otra por absorción.

Totalmente de acuerdo con Unamuno (En torno al casticismo) en la diferencia. De hecho, son los dos conceptos de tolerancia que se enfrentan hoy mismo: la que se basa en el escepticismo ante la verdad (en el relativismo) y la que no han dejado de predicar los papas en las últimas décadas: la que reconoce "el fondo de verdad que yace en toda doctrina" y tiene el máximo respeto por los hombres que las profesan.

No tan de acuerdo en cuanto a la intolerancia de los españoles del XVI. Yo creo, en cambio, que fue más por "salud y vigor" por lo que otorgaron a la verdad que profesaban unos derechos que en realidad pertenecían a las personas. Porque reconocían la salud y el vigor de esa verdad.