10 noviembre 2008

Algo de música


El Wreckin´ball de Emmylou Harris me ha parecido decepcionante. No es nada nuevo, es un disco de 1995, pero el experto que consulto habitualmente me lo había definido como espiritual, de rara belleza y una de sus obras maestras. Pues a lo mejor por espiritual y de rara belleza me parece un fiasco. Creo que trata de ponerse new age y eso no le va.

En todo caso, se salva una composición, la titulada Sweet old world, original de Lucinda Williams, que paso a incluir como favorita en el perfil. Una preciosidad, incluida la letra, algo pegada a la tierra, pero qué vas a pedir.

Otra experiencia de esta semana fue volver a oír Señora azul, de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán... Ahí sigue, en todas las recopilaciones de música de los 70. Es increíble. Es fea, está mal cantada, su letra consiste simplemente en poner a alguien a caer de un burro. Si me preguntaran por algún éxito que me resultara incomprensible, mi respuesta sería Señora azul.