12 abril 2008

Radislaw Klim, criptógrafo polaco


(En El libro del aire y de las sombras, para variar.)

-Si el cine o cualquier arte no tiene una base moral entonces da lo mismo que mires escenas sueltas o dibujos proyectados. Yo no digo cuál es la base moral, sólo que debe haber una. Por ejemplo, el hedonismo pagano es una base moral perfectamente aceptable para una obra de arte, como ocurre en Hollywood. El paraíso doméstico. El romance. No tiene por qué ser... ¿Cuál es la palabra? Cuando el malo siempre muere y el héroe se lleva a la chica...
-Melodrama.
-Eso es. Pero no
nada.. No el diablo riéndose de nosotros, o no sólo eso.
-¿Por qué no? Si esa es la manera en que ves el mundo.
-Porque entonces el arte sofoca. El diablo no nos da nada, sólo toma y toma. Escucha, en Europa, en el siglo pasado, decidimos que no adoraríamos a Dios nunca más, en cambio adoraríamos a la nación, la raza, la historia, la clase trabajadora, lo que quieras, y como resultado de esto todo está totalmente arruinado. Así que ellos dijeron, me refiero a que los artistas dijeron, no creamos en nada más que en el arte. No creamos, es demasiado doloroso, nos traiciona, pero en el arte confiamos y lo comprendemos, así que al menos creamos en eso. Pero esto también traiciona. Y también es desagradecido para la propia vida.
-¿A qué te refieres?
...
-A este Polanski. Tuvo una vida horrible. Nació precisamente en el momento equivocado. Es judío, sus padres son llevados a los campos de exterminio, crece salvaje. Consigue el éxito gracias al trabajo duro y al talento y se casa con una mujer hermosa, y a ella la mata un loco. ¿Por qué va a creer otra cosa sino que el diablo gobierna este mundo? Pero yo nací un poco antes en la misma época, no judío pero, así y todo, la vida no era feliz tampoco para los polacos, los nazis creían que éramos casi tan malos como los judíos, y así que digo que si no era como Polanski, al menos, estarás de acuerdo, estaba en la misma clase. El padre asesinado por los nazis, la madre muerta en el alzamiento de 1944, yo estoy en la calle, un bebé a cargo de mi hermana, tiene doce años, mi primer recuerdo es de los cadáveres que queman, una pila de cadáveres en llamas y el olor. Cómo sobrevivimos no lo sé, toda una generación. Más tarde, debo añadir, como Polanski perdí a mi esposa, no a manos de un loco pero también torturada hasta la muerte, meses de sufrimiento. En aquel tiempo yo no estaba muy bien con las autoridades y era difícil conseguir morfina para ella. Bueno, no hablemos de esos problemas personales. Quiero decir, después de la guerra, de alguna manera, a pesar de los alemanes y los rusos, miramos en derredor y descubrimos que todavía había vida en nosotros. Aprendimos, hicimos el amor, tuvimos hijos. Polonia sobrevive, nuestra lengua vive, la gente escribe poesía. Varsovia es reconstruida, ladrillo a ladrillo, igual a como antes de la guerra. Miloscz gana el Nobel, Szymborska gana el Nobel, y uno de nosotros es Papa. ¿Quién se lo podría imaginar? Y cuando hacemos arte, este arte dice a menudo algo más que, oh, pobrecito de mí, cuánto he sufrido, el diablo es el que manda, la vida es una basura, no podemos hacer nada. A esto me refiero.

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