11 septiembre 2006

Otra vez el franquismo y la Iglesia

Un amigo mío volvía a aludir, hace poco, a la cuestión del franquismo y la Iglesia: en concreto, al daño que a la Iglesia le habría causado su identificación con el régimen, de cara a su estimación por otras fuerzas políticas. Tal vez eso podría sostenerse hacia 1960. Hoy no. Menos que nunca en el año de gracia de 2006, con el zapaterismo en el poder. Si es cierto que la cuestión religiosa en España se ha visto envenenada por la política durante siglos, puede decirse que por parte de la Iglesia eso ha terminado hace tiempo. No así por parte del socialismo, que sigue enquistado en las posiciones de los años 30, suavizadas, de momento, en cuanto a las formas.

La Iglesia española lleva cuarenta años profesando, a veces se diría que genuflexa y brazos en cruz, su no franquismo y su acatamiento a la democracia. Cabría esperar de la izquierda actitudes a lo Marcello Pera, reconociendo lo que el cristianismo ha aportado a Europa. Pero sólo han cambiado los fusiles y las antorchas por el desplante, el acoso legal y la burla.

Y cuando hablo de la Iglesia no me refiero sólo a la jerarquía, sino a políticos, periodistas e intelectuales que no pierden ocasión de desmarcarse de Franco cuando hay que criticar a la izquierda, no vayan a pensar que... Cuando escribo esto, un locutor de la COPE criticaba al presidente del gobierno por haber adelantado un viaje oficial a Finlandia para hacer turismo. La cosa, dijo, recordaba “a la España de los años 60 y 70 y a las películas de Paco Martínez Soria”. Perplejidad.

Desconozco casos de ministros franquistas que hicieran lo propio. En todo caso, ignoro el motivo por el cual hay que suponer que, haga lo que haga un gobierno socialista, en el franquismo era peor. La actitud de Zapatero recuerda, antes y sobre todo, a la España de 2006. Y no hay por qué salvarles los muebles comprometiendo a un franquismo al que, en efecto, la Iglesia prestó apoyo más que nada porque en el otro lado, en el socialista, les saludaban con plomo.

La vinculación con el franquismo fue circunstancial. Lo que realmente inficiona la cuestión religiosa en España es la identificación de la democracia con el laicismo, que la izquierda y parte de la derecha parecen incapaces de superar.

__