Discuten en perfectas décimas sobre si
es mayor el dolor de ver muerta a la amada o el de saberla en poder
de otro. Doy la victoria a Celia:
Querer por solo querer
es el más perfecto amor,
y a este no ofende el dolor
de verla en otro poder.
Luego el galán que (por ver
que otro goza lo que amaba)
tanto su paciencia acaba
que muerta quisiera verla,
no la quiso por quererla,
sino por lo que esperaba.
(En Agustín Moreto, Industrias contra finezas. acto I, escena III)