01 abril 2011

Me suena. Yo también los he visto


Nicolae Steinhardt coincide en un hotel con un grupo de cristianos que asisten a un congreso.

Por muy mundano que seas, no es posible no sentirte atraído por estos hombres, todos tan limpios. Mucha ingenuidad, teología sumaria, en la mayoría de los casos una cultura general reducida y unas concepciones a menudo cándidas. Pero también frescor, encanto, una impresión de habitación bien aireada, sin huella de subterfugio, engaño, escepticismo o fermentación.

(En El diario de la felicidad)

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