Buena parte de los
libros de los ilustrados franceses estuvo prohibida en Francia, mientras que, por
el contrario, circulaban libremente en los ámbitos del imperio español.
En efecto: La mayor
parte de las grandes obras literarias que cubrieron de gloria la literatura
francesa del siglo XVIII hubieron de ser editadas o bien fuera de su país o
bien en imprentas clandestinas. (Sigfrid
H. Steinberg, 500 años de imprenta,
Zeus, Barcelona, 193, págs. 180-181.) Citado por M. E. Roca Barea, Fracasología,
parte 1, capítulo 2, de donde extraigo también la otra cita.