Dice el tipo que preside el ejecutivo que la salvajada del
Valle es “un triunfo de la democracia”. Y estoy de acuerdo, siempre que se
entienda democracia en el sentido
orteguiano, claro.
En El espectador,
1917:
Periodistas,
profesores y políticos sin talento componen el Estado Mayor de la envidia… Lo
que hoy llamamos “opinión pública” y “democracia” no es en gran parte sino la
purulenta secreción de esas almas rencorosas”.
Clavado.