12 enero 2015

La significación del ateísmo contemporáneo


Una conferencia equivale a la lectura de muchos libros, oí en una ocasión. Por lo general es cierto, y este texto de Jacques Maritain es un buen ejemplo. Tras una disección de los modos de ser ateo, Maritain se centra en lo que llama ateísmo positivo, es decir, aquel que consiste en el rechazo explícito de Dios, no ya de la idea de Dios, para señalar lo que llama su doble incoherencia: tal ateísmo no sería sino un "acto de fe invertido", una toma de posición contra Dios, por lo cual "él mismo es un fenómeno religioso"; por otra parte, la liberación que pretende el ateo se resuelve en una nueva sumisión, una inmolación a la historia, la evolución o el destino, dentro de los cuales todo es relativo y él mismo una mera partícula que surge y se evapora sin más significación. Con ello, el ateo se entrega en realidad al Dios bobo de los filósofos, el que crea el mundo y se desentiende de él, el que se declara impotente frente al mal y la injusticia. Por contraste, el santo es el auténtico rebelde, el que, al igual que su Dios, Jesucristo, renuncia a todo, incluso a lo lícito, para entregarse por amor, sin llamar a la revolución pero viviéndola en sí mismo.

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