24 septiembre 2020

Esa capacidad prodigiosa

 

Gregorio Marañón, Vocación y ética:

Lo más corriente es que el instinto sexual y el amor se susciten por detalles momentáneos y accesorios, cuya eficacia de atracción se desvanece después…

Y pienso en tantos matrimonios rotos porque “ya no sentíamos nada el uno por el otro”. Sí, dice Marañón, todo sería desengaño y tragedia

si no existiera esa capacidad prodigiosa que tiene el hombre de crear, a la larga, el amor o la vocación sin vocación y sin amor iniciales, tan solo con el material de la convivencia y la buena voluntad. Esta aptitud, la más noble de nuestra especie, la que más nos acerca al Dios creador, rectifica el error del principio; y quién sabe si no es, en definitiva, la fuente más pura y elevada de la humana felicidad.

(Pp. 41 y 42 de la edición de Austral, 1966)