31 diciembre 2006

El accidente

Sería ingenuo suponer que hechos como el de ayer van a suponer el final de la entente ETA-GAL. Zapatero ya advirtió que en el proceso habría accidentes. Pero, por supuesto, la culpa de los accidentes la tendrán quienes se oponen al proceso, la tendrá el PP. El proceso iba a ser largo, duro y difícil. O sea, que vamos a seguir como estábamos, pero con pasos graduales hacia la victoria del pueblo vasco, es decir, del socialismo separatista. Oh, vamos, el guión estaba ya trazado desde el 13 de marzo de 2004. Aznar culpable. ¿Por qué habría de ser diferente con la ETA que con los islamistas?

La vida no se divide en capítulos, como las novelas. Nada empieza ni acaba esta noche. De todos modos, feliz 2007 a todos los que paséis por aquí.

30 diciembre 2006

Juventud sin Dios

Son ya innumerables las novelas escritas sobre el nazismo alemán, ese fenómeno político tan sombrío como sorprendente para quienes pensaban, de las luces para acá, que las ideas sólo podían reportar progreso y felicidad. Muchas de esas novelas se quedan en la superficie de los horrores, pero son pocos los que realmente aportan claves para explicarse lo que sucedió. Odón von Horváth es contemporáneo de los grandes, de Kafka, de Musil, de Broch, de Mann, y su Juventud sin Dios puede reclamar un puesto junto a las obras esclarecedoras de todos ellos. El título puede mover a espanto, al hacernos pensar en un burdo reaccionario que nos recuerda los sermones de nuestras abuelas. Sin embargo, tanto los personajes como la trama de esta novela nos ayudan a penetrar en las razones profundas del fenómeno totalitario y nos alertan sobre la repetición posible de los horrores. Porque el título es, en efecto, claramente significativo de lo que va a transmitirnos el autor, pero con matices más sutiles de lo que esperábamos. Y además, cualquier profesional de la docencia, en el año de gracia de 2000, puede reconocer a sus alumnos en estos monstruitos sin alma que el protagonista anónimo tiene a su cargo. La novela está narrada con un estilo que podríamos llamar profético o nietzscheano, con frases cortas y lapidarias propias de quien sabe que está viviendo una crisis histórica de enorme magnitud, y su trama policíaca resulta insólita en una obra de estas características, pero es una trama al servicio de una intencionalidad más profunda, como ocurre en Crimen y castigo.


[Nota redactada en diciembre del 2000. La colección Austral había editado la novela por esas fechas.]

29 diciembre 2006

Y ahora en serio: sobre matanzas de inocentes

Pío XII era como prisionero de su silencio, pues estaba atormentado por la convicción de que una solemne protesta suya provocaría más reacciones despiadadas por parte de Hitler. Una eventual protesta pública suya hubiera sido el comienzo de la agonía de tantos rehenes inocentes en manos de los nazis. Pío XII probablemente recordó lo que había ocurrido unos meses antes, cuando la protesta de los obispos holandeses contra la crueldad de los nazis, expresada públicamente en su carta pastoral del 13 de enero de 1941, provocó la reacción de la Gestapo, que arrestó a 40 000 inocentes y los internó en campos de concentración. Pío XII, en aquella ocasión, había preparado una protesta pública contra Hitler, con el propósito de hacerla publicar en “L´Osservatore Romano”, pero los folios escritos en su mano fueron quemados por él mismo:

“Quiero quemar estos papeles. Es mi protesta contra la horrorosa persecución antijudía. Esta tarde tenía que haberse publicado en
L´Osservatore Romano. Pero si la carta de los obispos holandeses costó 40 000 vidas humanas, mi protesta costaría 200 000. No puedo y no debo asumir esa responsabilidad. Por esto es mejor no hablar de forma oficial y hacer en silencio, como lo he hecho hasta ahora, todo lo que es humanamente posible para esa pobre gente”.

Giorgio Angelozzi-Gariboldi, Il Vaticano nella seconda guerra mondiale, citado por Gonzalo Redondo, Política, cultura y sociedad en la España de Franco, I.

28 diciembre 2006

Mi predileto

No quiero ser menos que arp (no Hans, sino el de Compostela) y voy a proclamar también mi...

BLOG DEL AÑO 2006

No fue fácil, pero pensé, y pensé, y luego pensé otra vez. And the winner is...

27 diciembre 2006

Treinta relatos

Clarín es el de siempre, le dé la vena por lo histórico, simbólico, sentimental o fantástico. Pero quizá donde brille a más altura sea en la veta satírica. Y eso que en muchos de estos cuentos se nos muestra como el cristiano que decía ser, y para muestra véase el final de “El caballero de la mesa redonda”. Pero, por lo general, cuando se pone serio, por así decirlo, resulta dulzón, más anticuado. Es en su caricatura (bueno, más bien fotografía en alta definición, diría yo) de las vanidades humanas donde es más efectivo. Ese retrato implacable de la naturaleza caída se da hasta en sus amables cuentos de Navidad y de Reyes, por otra parte nada convencionales y muy sugerentes.

Ha sido atrevida Carolyn Richmond en su selección (Espasa-Calpe, 1983), al excluir cuentos tan famosos como “Adiós, Cordera” o “Pipá”. El primero siempre me pareció la apoteosis de la cursilada, y sin embargo ahí está, citado siempre como una de sus obras maestras, cuando en este volumen aparecen tantas joyas desconocidas.

Muy mal tenía que haber visto Clarín a los eclesiásticos de su tiempo, si un hombre de su agudeza mental y de su confesado cariño al catolicismo fue capaz de lanzar los dardos de La Regenta y de otros lugares, algunos recogidos aquí. Pero lo cierto es que si algo le sacaba de quicio eran los cientifismos de su época, que pretendían suplantar a la religión. El positivismo no ha tenido en España mejor crítico que don Leopoldo. Mucho más diría, pues cada cuento merece un comentario, pero me he impuesto un límite.


[Nota redactada en agosto del 2000. A día de hoy no entiendo por qué puse ese y eso que, pues lo de ser cristiano no es óbice para ser un buen satírico. Faltaría más.]

23 diciembre 2006

De Lope

Yo vengo de ver, Antón,
un niño en pobrezas tales,
que le di para pañales
las telas del corazón.

21 diciembre 2006

Vigo es Vivaldi

A José Ramón Ayllón no le importa ser reputado como un gran novelista, sino que le lea el mayor número de gente posible, porque tiene muchas cosas que decir; más que muchas cosas, muy importantes. Por eso no le importa repetir un esquema trilladísimo, como este del cuento humorístico-sentimental con adolescentes de protagonistas. Los que nos dedicamos a esto de enseñar (o de intentarlo) sabemos bien que a los jovencitos les gustan esa clase de relatos que hablan de ellos mismos y de las vicisitudes de su triple relación con profesores, familia y amigos. Y José Ramón ha dotado a sus jóvenes protagonistas de un señorío de sí mismos y de un don de gentes que son raros de encontrar en los adolescentes, incluso en los de ficción, pero que constituyen un modelo a seguir, un modelo más ejemplar que el detective Flanagan, por ejemplo, y que los chicos de Martín Casariego. Esa Paula que, insultada por el gallito de la tribu, le mira con conmiseración "perdonándole la vida" vale un potosí. Y ahí es nada el Borja Arregui, con qué elegancia defiende la pureza de lo suyo con Paula ante las zafias insinuaciones de un gorila. Por cierto, que me gustó su manera de noquearlo: cabezazo la nariz y patada en los xxxxxx, casi simultáneas, y el tío patas arriba. Pero también sabe reconocer una metedura de pata cuando se la hacen ver, como su madre en lo del Belén. En definitiva, quizá José Ramón no sea Sánchez Mazas, pero Pedrito de Andía estaba necesitando una actualización.


[Nota redactada en diciembre de 2000. Desconozco la fortuna editorial del libro en la actualidad]


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19 diciembre 2006

El declinar del sueño

El Padre Luciano al Greco, bajo la cúpula del Escorial.

¿Sabes lo que me recuerda la cúpula? La época en que los emperadores mataban a los cristianos. Hay coincidencias, ¿no te parece? Además, soy monje y este mundo, bajo sus aspectos más claros y más oscuros, más blandos o más violentos, no me inspira ninguna confianza. Nosotros hemos emprendido una labor de reconquista, no sólo de territorios sino también de almas, y estuvimos a punto de conseguirlo, a lo mejor lo estamos todavía y yo no tengo suficientes ojos para verlo, pero no creo que esto sea posible. A lo mejor el emperador de todos los hombres sea Cristo, ¿no te parece?, y quien trata de imitarlo o de sustituirlo ha de ser vencido tarde o temprano. Quiero que me acompañes un día a Madrid. Te enseñaré cosas y te haré temblar, pintor de almas que eres.

Vintila Horia, Un sepulcro en el cielo

14 diciembre 2006

España quijotesca

Veinte años más tarde [de España defendida, de Quevedo], la dura realidad era ya bien manifiesta. Un oscuro benedictino, fray Benito de Peñalosa, escribía la verdad más cierta sobre la exaltación extremosa con que España se consumía en su empeño, resignada a la miseria que acompañaba a su grandeza: Libro de las cinco excelencias del español que despueblan a España para su mayor potencia y dilatación (1629). Esas excelencias son: la religión propagada y defendida por todo el orbe, la gran abundancia de teólogos y legistas, las armas que han conquistado la mayor monarquía conocida por los hombres, la hidalguía que tiene mal distribuidos sus privilegios, y el oro americano gastado con prodigalidad. Efectivamente, España adolece de las propias excelencias, grande en su propósito y en sus hechos, pero insensible al propio daño, sin la necesaria flexibilidad para acomodarse a la evolución de los tiempos y de los pueblos, inconmovible en su apartamiento de todos.

Ramón Menéndez Pidal, Los españoles en la historia

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13 diciembre 2006

Desagravio

Donde no hay vino no hay amor (Eurípides)

Un vaso de vino en el momento oportuno, vale más que todas las riquezas de la tierra (Gustav Mahler)

No hay cuestión ni pesadumbre/ que sepa amigo, nadar;/ todas se ahogan en vino, /todas se atascan en pan. (Quevedo)

Un vino es la más sana e higiénica de las bebidas. (Luis Pasteur)

El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida. (Hipócrates)

Viva el buen vino, que es el gran camarada para el camino. (Pío Baroja)

El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios. (Avicena)

El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza. (José Ortega y Gasset)


[El agravio, aquí]

12 diciembre 2006

La úlcera


Pues, señor, es el caso que don Lucas, el indiano, vuelve a su pueblo a tomar pacífica posesión de la plaza. Sí, porque todos los pueblos tienen su plaza, y solo una, de indiano. Y ahora, ¿qué? Pues una vez que uno ha hecho ya su fortuna, que el sentido de su vida ya se ha colmado, ustedes me dirán qué pinta uno en este mundo. Y esa es la clave, me parece, de esta novela: el aburrimiento. Aquí Juan Antonio de Zunzunegui ha elegido el tratamiento humorístico del asunto, con un humor a tono (a Tono, je) con el que estilaban Mihura, Jardiel o Tono. Un humor ilógico, disparatado: travaillons sans raisoner; c´est le seul moyen de rendre la vie supportable, pone como lema, con palabras de Voltaire en el Cándido.

Lo que sorprende (y desagrada, a mí al menos) al lector es que el disparate empieza tarde. Durante la mayor parte de la narración lo que tenemos es un aire de comedia, sin mayores sorpresas. Pero en un momento dado la úlcera de don Lucas cobra vida y el indiano comienza a dialogar con ella y a tratarla como una mascota o incluso como a un nieto, en lo que es una sátira aguda de las vanidades humanas, pero que desconcierta porque no era ese el juego al que jugábamos hasta entonces. En todo caso, ya digo, está bien traída la sátira, tanto de ese aburrimiento que suele llegar en la edad tercera, que le dicen, como de la vanidad que le lleva a uno a presumir hasta de sus debilidades o sus males físicos. Pase, pues.


[Nota redactada en febrero de 2005. El libro puede encontrarse en cualquier feria del libro de ocasión, entre los remanentes de la vieja Austral, en buen estado.]

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11 diciembre 2006

Sin honores

La democracia chilena no rendirá honores oficiales a Pinochet. Normal. A un sicario no se le hacen homenajes. ¿Alguien imagina al PSOE dando la medalla al mérito policial a Amedo y Domínguez?

Primera cláusula: nosotros no te conocemos, tú no nos conoces.

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10 diciembre 2006

... las opiniones falsas

se asemejan a la moneda falsa que, acuñada al principio por grandes criminales, es consumida después por gentes honradas, que perpetúan el crimen sin saber lo que hacen.

De hecho, cuando leo una historia de la Filosofía, llegar a Comte, Marx y Nietzsche es como ver en postulados la atmósfera ideológica que uno ha respirado desde la infancia. Y no digo, líbreme Dios, que lo de Comte, Marx y Nietzsche sean simples "opiniones falsas", ni ellos criminales. Pero es lo que me sugirió la frase de Joseph de Maistre cuando la leí en Las veladas de San Petersburgo.

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08 diciembre 2006

Sorpresa

En Nuestro tiempo de octubre (el último hasta nuevo envío), Javier de Navascués cita, como los poetas españoles más interesantes del momento, a algunos de mis ilustres conocidos de la blogosfera: Enrique García-Máiquez (del que conocía la ocupación constante y virtuosa), Rocío Arana y Jesús Beades (cuya alta cualificación en este mester ignoraba). Tomo buena nota.

07 diciembre 2006

Tempranera iluminación navideña,

quizá en exceso; pero me gusta. El día en que tengamos una navidad a lo soviético (quizá llegue a verlo) la celebraré en la intimidad, con la alegría de siempre, pero me faltará algo. Me encantan esas luces que evocan la estrella de Belén y el coro de los ángeles, cantando su buena noticia; reconfortan los villancicos en las calles y sí, aunque yo no piense atracarme, quiero seguir viendo los turrones en los escaparates, las cestas y los jamones. Creo que los presentes que llevaron los pastores al Niño serían aún mejores, pero al menos estos nos recuerdan que si hay algo que celebrar en esta vida, llega cada 25 de diciembre y es la fiesta de nuestra esperanza. Que no se apague.

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05 diciembre 2006

Celibato vs. chalaneo

Pues, señor, dizque un cardenal (Hummes, de la congregación para el Clero) ha recordado algo que sabe todo cristiano, y es que el celibato sacerdotal "no es un dogma sino una norma disciplinar". Y he aquí que los medios laicistas van y lo traducen, con moral de victoria, en el sentido de que "la Iglesia podría replantearse el celibato". Ya saben, si la Iglesia quiere sobrevivir, no le queda más remedio que renunciar a semejante aberración. Pues no.

Lo último que necesita la Iglesia son sacerdotes que pongan condiciones a su entrega. Mi padre llamaba a eso chalaneo y, ciertamente, cuando uno responde a una llamada divina con un sí, pero, puedes estar seguro de que ni siquiera respetará los términos de ese contrato descafeinado. Lo que quiero decir es que no doy un duro por la fidelidad y la felicidad matrimonial de un cura que previamente ha retrocedido asustado ante otro compromiso no más exigente que el del matrimonio. En efecto, "es curioso cómo la gente suele admirarnos por la más ligera de nuestras cargas", decía el párroco norteamericano Leo J. Trese aludiendo al celibato. Y evocaba a una familia de feligreses suyos, feliz pero con el montón de problemas inherente a toda familia. Ciertamente, yo diría que la carga del celibato ni siquiera se nota cuando un sacerdote se entrega fielmente a todo el cúmulo de tareas que lleva aparejado su ministerio, sea este parroquia, capellanía o lo que fuere. Y porque la Iglesia sabe lo que comporta el estado matrimonial, a saber, un número no menos despreciable de obligaciones que requieren, asimismo, una entrega en cuerpo y alma, ha liberado a sus sacerdotes de esa servidumbre, gozosa servidumbre para quien está llamado a ella.

Envilece el matrimonio quien piense en él como un alivio en las noches solitarias. Es el sacerdote que tiene tiempo, demasiado tiempo para pensar en sí mismo el que se cuestiona su identidad sexual, mira a los niños con ojos enfermos o busca a Julieta en sectas coreanas. Y es el que emprende una vida marital pensando sólo en las satisfacciones de Venus el que más pronto naufragará. La felicidad viene, sin buscarla, de la fidelidad pétrea al propio camino, sin ponerle condiciones ni desear compensaciones, que vendrán por añadidura.

04 diciembre 2006

El viaje vertical

Un autor ampliamente superado por su tema: es la impresión con que terminé El viaje vertical, novela de uno de los (según la solapa) más prestigiosos autores de la España actual. La odisea intelectual-emocional del hombre que a los setenta y tantos años se ve sumido de repente en una situación totalmente nueva merecería un tratamiento mucho más sólido. En efecto, la idea es buena, tremendamente buena, pero se va de las manos a un Enrique Vila-Matas que es posmoderno, demasiado posmoderno, empleando esta palabra con sus connotaciones de superficialidad y de menosprecio del pensamiento. En definitiva, hay que tener algo en la cabeza para emprender una aventura de este calibre. A no ser que desde el principio Vila-Matas se lo haya planteado como una parodia, pero entonces, ¿a qué vienen esos solemnes lemas que salpican el relato? Y no, a pesar de los toques de humor, no es una parodia. Sí es cierto que el personaje de Federico Mayol mueve a compasión, con su afán de adquirir una cultura que le fue, según él, negada por la guerra y que, por lo que aquí vemos, sólo sirve para entablar discusiones aburridas y pedantes. Federico quiere emprender el viaje vertical para ser aquello que la guerra y la familia no le habían permitido ser, pero descubrirá que, al final, ese viaje solo sirve para aceptar el vacío, la nada. Para nada sirve la cultura, ni la familia, ni la política. Pero todo parece como el cruce de muchos planteamientos diversos que no llegan a resolverse.

03 diciembre 2006

Fantasías pedagógicas

Quien piense que son de ahora, vea lo que pretendía Joaquín Costa a fines del XIX:

En vez de geografía, recorrer la ciudad, la provincia, el país, el mundo entero; en vez de historia, ir a los escenarios donde se desarrollaron los hechos; en vez de laboratorio, la naturaleza. [La escuela] tiene que actuar al aire libre, tiene que aspirar la vida a raudales, difundiéndose como la sangre por todos los conductos y arterias de la vida social.

Era el Congreso Nacional Pedagógico de 1882. Un maestro madrileño, Ildefonso Fernández y Sánchez, dio la réplica pertinente: a leer no se aprende contemplando auroras boreales.

No está mal. Si alguna vez fundo un colegio, le pondré el nombre de este señor que no ha pasado a la historia, sin duda por no tener tiempo de imaginar cuentos de hadas.

Por cierto, lo cuenta José María Marco en Francisco Giner de los Ríos. Pedagogía y poder.

01 diciembre 2006

Cuidado, César Vidal,

con los vapores del estrellato. Haces muy bien lanzando un libro con disco para divulgar tu música favorita (y mía), aprovechando el tirón del programa y tu bien labrado prestigio. Pero aparecer con esas pintas en la portada roza peligrosamente el vedettismo. Y no te va nada. Aquí un amigo.

30 noviembre 2006

Novelas a Marcia Leonarda


"Versos de amor, conceptos esparcidos..." Mientras el imperio se hundía Lope divagaba y los españoles se deleitaban con los hallazgos siempre luminosos de uno de los hombres que más a fondo habían exprimido su cabeza y su corazón. Marta le había pedido que escribiera una novela, es decir, una novela corta al estilo de las ejemplares de Cervantes. El genial sinvergüenza, por supuesto, no pudo negarse, y compuso "Las fortunas de Diana", bajo cuya prosa puede reconocerse con facilidad una de tantas comedias surgidas de su imaginación. A esta siguieron otras tres, siempre con lances de amor en su trama. En esto, en el amor, Lope tenía ideas más luminosas en la cabeza que éxitos en la vida, si hablamos en términos del buen amor. Véase: refiriéndose a Marcelo, marido burlado de "La prudente venganza", dice que "no era amoroso ni había estudiado el arte de agradar, como algunos que piensan que no importa y que todo se debe al nombre, no considerando que el casado ha de servir dos plazas, la de marido y la de galán, para cumplir con su obligación y tener segura la campaña". Todo un programa para los matrimonios de todos los tiempos. En esto, en efecto, le llevaba "más la razón que la inclinación"; con todo, "esto me hallé naturalmente y siempre me pareció justo". Por eso se lanzó a hacer de Quijote para liberar a una Marta malmaridada, cura y todo. ¡Qué Lope!

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29 noviembre 2006

Educación socialista

El chico escribe en diagonal, con letra basta, caligrafía ilegible. La estela temblorosa de la tiza va dejando palabras inventadas, unidas las unas a las otras como hermanos siameses, aberraciones gramaticales de todo tipo: alternancia de terminaciones verbales en ava y aba, pecados ortográficos y un desierto acentual absoluto. La pizarra se va llenando de monstruos blancos: malformaciones, deformidades, mutilaciones, arácnidos y sirenas léxicas, centauros, quimeras... ¿Qué hace este chaval en cuarto de ESO? ¿Cómo es posible que haya llegado a cuarto? Con la reforma, un curso es sólo una unidad de tiempo...

Toni Sala, Diario de un profesor en Secundaria

27 noviembre 2006

Garid vos, ay yermanelas

O dígame usted, compañero, si hay algo más ridículo que los de derechas cuando quieren ser más progres que los de izquierdas. Acabo de enterarme de que en Madrid funciona una cosa llamada consejería de empleo y mujer. Cero comments.

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26 noviembre 2006

Relato con lluvia y otros cuentos

El primer cuento, "Relato con lluvia", tiene mucho de Aldecoa, lo que no es decir poco. Pero luego Elena Santiago va adquiriendo una personalidad propia. El entorno rural de la mayoría de estos relatos no le impide abordar con profundidad eso que llamamos las cuestiones últimas. Son cuentos de personaje, sí, de personaje casi siempre mujer, y de personalidad inquietante. No está ausente tampoco la fantasía, como en "Estoy naciendo arriba (y no quiero)", y la anécdota se diluye siempre en el océano de la psicología.

A pesar de la diversidad de enfoques, se diría una obra única. Los temas son siempre los mismos: la muerte, el cambio de situación vital, la soledad, la diferencia. Niñas distintas abundan, sí, en estos relatos, no sé hasta qué punto como rasgo autobiográfico, ni me importa; niñas con esos gustos extraños que tanto escandalizan a los mayores y que experimentan de modo distinto, o más intenso, eso que a todos nos es dado sentir. Los otros tres temas van con frecuencia asociados: la muerte es ese suceso que viene a introducir en los otros una nueva situación, con frecuencia abocada a la soledad. Esta, la soledad, adquiere caracteres patéticos en "Paca, mujer", donde el uso del lenguaje coloquial no hace sino aumentar nuestra compasión hacia el pobre suicida en ciernes. Pero a veces la soledad es elegida voluntariamente como liberación: "Ni título" es una pieza única en su desgarro.

En conjunto, nos hallamos ante un collage de almas en carne viva, que es lo que debe ser un buen libro de relatos.

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24 noviembre 2006

Enseñanza pública

Es curioso cómo nunca una asociación [de padres] de este tipo ha exigido unos mejores niveles de enseñanza o un mayor esfuerzo para conseguir una enseñanza de élite para sus hijos. Mientras tanto, una madre de alumno de 1º de primaria (alumnos de 7 años) se consiente en el año 1998 acudir a una reunión convocada por la profesora de su hijo para criticar públicamente a la maestra porque está enseñando a sumar sin utilizar los dedos, y juzga "una pasada de difícil" (cita literal) que les inicie en lo más básico del cálculo mental. Esta queja se oirá en el consejo escolar.

Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación

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23 noviembre 2006

En su última novela,

Enrique de Diego parodia a Dan Brown y a lo que un personaje llama "teorías conspirativas". Conociendo lo que opina don Enrique del atentado por antonomasia, es fácil ver que la burla no alcanza sólo a las tesis delirantes del Código Da Vinci sino a sucesos de la vida española más reciente. Pero algo falla en los esquemas de nuestro novelista si realmente piensa que puede equipararse la colección de chorradas de Dan Marrone (como lo llama en su ficción) con una investigación digna de encomio en la que, lejos de hacer teorías, simplemente se han formulado preguntas, expresado dudas y constatado falsedades que el gobierno se obstina en no responder o en negar con contumacia.

22 noviembre 2006

Libro de caballerías

Se necesita disponer de una gran dosis de curiosidad literaria para no abandonar esta novela a las pocas páginas, y decirle al autor que se quede con algún deudo. Porque el jugueteo que lleva a cabo Juan Perucho con su lector no tiene precedente en mi experiencia. Un desconcertante caos temporal es el rasgo formal más llamativo de Libro de caballerías. El Faulkner, el Rulfo y muchos más nos habían acostumbrado a saltar ágilmente en el tiempo, pero tenían la deferencia de insertar espacios entre secuencia y secuencia, que nos ayudaban a cambiar la clavija. En cambio, el punto y aparte es lo único que separa aquí el viaje desde nuestro tiempo al mítico medievo y viceversa.

Bueno, yo también lo habría hecho, si se me hubiera ocurrido. Se trata de simular que el tiempo es una dimensión tan asequible como el espacio, y que se puede dominar con igual facilidad. Y al fin y al cabo, ¿no se trata de un "libro de caballerías"? Estos se caracterizaban por sus despropósitos, y lo que hace Perucho es dar a esos despropósitos un alcance poético, fingiendo que el tiempo no es barrera. Rosaura es Blanca de Salona, Tomás Safont es caballero andante y play-boy moderno... Incluso se permite anticiparse al famoso "realismo mágico", con el chusco detalle de la chaqueta comida por las termitas. Qué razón tenía el predicador: ni siquiera García Márquez es nuevo bajo el sol.


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21 noviembre 2006

Lucrecia

a Melibea, cuando esta llora por haber perdido a Calisto, después de perder lo otro:

Señora, no rasgues tu cara ni meses tus cabellos. Ahora en placer, ahora en tristeza, ¿qué planeta hubo que tan presto contrarió su operación? ¿Qué poco corazón es éste? Levanta, por Dios, no seas hallada de tu padre en tan sospechoso lugar, que serás sentida. Señora, señora, ¿no me oyes? No te amortezcas, por Dios, ten esfuerzo para sufrir la pena, pues tuviste osadía para el placer.

Sabia y simpática sirvienta. De sobra sabe ella que para el placer no es menester osadía, si acaso descaro. Pero como modo amable de decir "purga tu descoco con la fortaleza de ánimo", es insuperable. Fernando de Rojas: vuelvan a él de vez en cuando.

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20 noviembre 2006

Un socialista ha llamado sinvergüenza

a Francisco José Alcaraz. Nada extraordinario. Viniendo de donde viene, es un elogio. Lo inquietante es cuando un criminal (o cómplice de criminales) te dice que eres un buen chico.

A Francisco José Alcaraz le mataron un hermano en aras de unos objetivos políticos. Objetivos que ahora los socialistas sirven con lacito a los matadores. ¿Sinvergüenzas...? Semejante conducta rebasa ampliamente la falta de vergüenza, para adentrarse en la filiación deshonrosa.

18 noviembre 2006

Los novios

Los novios deja traslucir, por debajo de su estilo no tan arcaicamente romántico como cabría esperar, una personalidad enormemente madura en lo religioso, lo que no deja de suponer un ingrediente grato en la lectura de una buena novela. Los lectores de hoy somos impacientes, y las setecientas páginas de apretado texto nos hacen suspirar por el final, pero no por cansancio, ciertamente, sino por interés en la peripecia de Renzo y Lucía, que es más espiritual que novelesca. Es grato, decía, oír reconocer a un novelista contemporáneo (el siglo XIX es contemporáneo) que no habría simulación de santidad si no existiese la santidad misma: "estas demostraciones [de devoción, de piedad]... la hipocresía no necesita mayor esfuerzo para hacerlas, que la bufonería para ridiculizarlas... Pero, ¿acaso dejan por eso de ser la expresión natural de un sentimiento virtuoso y sabio?"

Una de las mayores lecciones que se pueden extraer de la lectura de esta novela es que las edades anteriores a los Derechos Humanos fueron ciertamente bárbaras: lo que nos relata Manzoni sobre las condenas de brujas o la represión de los supuestos causantes de la peste espeluzna; pero que en ellas existieron los gérmenes de santidad que hicieron posibles los ulteriores progresos en humanidad. Es el cardenal Borromeo, uno de los santos de la novela, quien sufraga la dote de una joven a la que su padre quería meter monja, contra su voluntad, por no tener fortuna. Y es el que se enfrenta valientemente con su propia conciencia, como el innominado, quien es capaz del mayor bien.

16 noviembre 2006

Muchos esperamos el día

en que el famoso electorado de centro caiga en la cuenta de que el PSOE no es un partido democrático. El buen suceso parece siempre inminente y siempre demorado.

Cuando, en el último franquismo, la derecha decidió iniciar la transición a la democracia, renunció a conducir el frente ideológico y cultural y se lo sirvió en bandeja a la izquierda, la cual lo aceptó gustosa. Desde entonces, por obra de la efectiva propaganda socialista, políticos y votantes de derecha (cada vez más de centro) se fueron sumiendo en la convicción de que ellos eran unos advenedizos en materia de democracia, cuya titularidad pertenecía por derecho a la izquierda, por más que los hechos acreditasen todo lo contrario. Este es el origen de los tan mentados complejos, que persisten hasta hoy en capas profundísimas y que hacen tan arduo, para el famoso electorado de centro, admitir los sucesos de los últimos años tal como se presentan ante nuestros ojos.

Me decía José Javier Esparza que ZP tiene la ventaja de que no oculta sus cartas. En efecto, los hechos están ahí, para quien quiera verlos. Sólo con las palabras los socialistas siguen fingiendo, para ver cuánto es aún capaz de tragar el famoso electorado de centro.

15 noviembre 2006

Enseñanza pública

... si hace años la inspección o la dirección del centro podían cuestionar al profesor cuyos alumnos a los seis años no leían, en la actualidad se hace sospechoso el profesor cuyos alumnos con seis años leen. (¡Qué habrá hecho! ¡Cómo les habrá forzado!)

Mercedes Ruiz Paz, Los límites de la educación

13 noviembre 2006

Poemas escogidos

Hasta que no leí este libro no comprendí aquello que decía don José Miguel Ibáñez de la especial adecuación del inglés para la poesía. Es cierto: a pesar de su carácter monosilábico, que a simple vista le haría parecer un poco rígido, se muestra (al menos en los poemas de Keats) extraordinariamente moldeable, con gran capacidad para formar derivados y compuestos. Por lo demás, es una lengua eufónica donde las haya.

Los títulos de las odas de Keats podrían retraer a un lector actual, por tópicos: "a la melancolía", "al otoño", "a un ruiseñor"... Pero podrían haber llevado cualquier otro título, eso no importa: es poesía de buena ley. Y uno se creería hallar ante el típico motivo romántico de la naturaleza como reflejo del alma, si no fuera porque el propio Keats postulaba para el poeta justamente la capacidad negativa, o capacidad de olvidarse de sí mismo a la hora de componer. No obstante, la melancolía está ahi, causa o efecto, quién sabe, de la enfermedad que acabó con la vida del poeta, "tan temprano". My heart aches, me duele el corazón, comienza la "Oda a un ruiseñor", de modo significativo. Es una lástima que la falta de dominio de la lengua no me permita apreciar como es debido esta antología, sin duda realizada con buen criterio, ya que a pesar de su fama no incluye poemas como "Endymion" y otros, de mucho aliento pero de menor eficacia poética que sus Odas o sus Sonetos.

Por cierto, estoy hablando de la selección de Cátedra, colección Letras universales.

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12 noviembre 2006

Totalitarismo permisivo

La inviabilidad ética y social del individualismo se traduce en ese difundido modelo que se podría llamar "totalitarismo permisivo", el cual implica una especie de división del territorio (correspondiente a la escisión entre objeto y sujeto) según la cual los poderes tecnoestructurales dominan todo el campo de lo público, en el que se subsume lo social, mientras que (a modo de compensación) se tolera que el individuo se disperse en la veleidad de sus placeres privados. Se entra así en lo que Vittorio Matthieu ha llamado "sociedad de irresponsabilidad ilimitada", modelo al que se está acercando peligrosamente nuestro país.

Alejandro Llano, "La verdad como pasión", en Nuestro tiempo, mayo de 2005

10 noviembre 2006

Allende la paranoia

Dice el portavoz del GAL que el Poder Judicial es de extrema derecha. Es algo así como decir que quien no está con ellos está contra ellos, lo que ya rebasa el terreno de la paranoia para entrar en el mesianismo, en efecto, Esparza.

Y, sin embargo, no deja de ser un modo de reconocer que la derecha no es más que la ausencia de ideología: la pura y simple aplicación de la justicia, con arreglo a valores universalmente reconocidos, esos que la izquierda se empeña en conculcar en virtud de extrañas composiciones mentales. Yo no habría tenido inconveniente en suscribir eso.

09 noviembre 2006

El fin del exilio

El exilio vino a desviar, en Vintila Horia, una línea de escritor fantástico hacia otra dirección, más simbolista o intelectual. La editorial Criterio nos brindó, hace pocos años, algunas de las primeras piezas narrativas del rumano (Cuentos de juventud, se subtitula el libro), alguna de las cuales, como la que da título al volumen, fueron escritas después de la traumática experiencia que se convirtió en leit-motiv de su obra. Las demás podrían sin demasiada violencia caber bajo el manido rótulo del realismo mágico. No son, está claro, obras maestras, pero dejan ver ya al gran escritor que conocimos luego.

Hay ya una primera muestra de la fascinación por Don Juan que acompañó siempre a nuestro autor, en "La última noche de Don Juan". También encontramos al furibundo antirrevolucionario que siempre fue, en "La imposible muerte de Vladimir Noaptes", donde hallamos este lúcido párrafo:

¿La revolución? Un traje remendado nunca es nuevo. La humanidad de hoy no es sino una ropa vieja en cuyos codos cada revolución prendió su remiendo de colores, imaginándose haber renovado totalmente la inmortal vestimenta del mundo. ¡Ay, la horrible ropa remendada de la humanidad! ¿Nadie siente que ya es demasiado pequeña? Tan solo un hombre sin pasado puede destrozarla y tirarla, y tan solo yo voy a cortar otra a la medida de nuestros tiempos.

¿Otro iluso, pues? Quién sabe, pues aquí apunta también el simbolismo tan grato a nuestro autor.

07 noviembre 2006

De otras hipocresías

Y yo, que he hablado tanto de la gente corrompida y sucia, que oculta sus miserias bajo el manto de la religión, yo me encontré ocultando las mías debajo de otra cosa: de mi mirada franca, de mis modales atrevidos de siempre...

Se diría la confesión de cualquier artista de los últimos siglos. Pero aún no ha caído esa breva, que yo sepa. Fue Carmen Laforet quien tuvo que inventar un personaje (Paulina, en La mujer nueva) para decir lo que tantos no osan.

¿Qué puede llevar a un socialista homosexual

(y homosexual militante) a simpatizar con el Islam? Es posible que el fenómeno admita sólo una explicación psicoanalítica. Que la inversión sexual esté más cercana al masoquismo de lo que pensamos (sobre todo si es cultivada) y exista ahí un componente de nostalgia de la humillación y el garrote.

Me recuerda lo que explicaba un amigo mío, hablando de la simpatía de las mujeres de izquierdas por el Islam y su repudio de la Iglesia. Según él, estaría presente lo que decía Maquiavelo cuando comparaba a la mujer con la fortuna:

... para dominarla hay que tratarla sin miramientos, demostrando la experiencia que sale vencedor de ella el que la fuerza y no el que la respeta. Como mujer, es siempre amiga de la juventud, porque los jóvenes son con ella poco considerados y muy audaces y vehementes.

Esa nostalgia del palo, que arrastraría a las feministas a las barbas de Arafat o de ben Laden, sería el envés de su rechazo del cristianismo, que proclama la dignidad de hombre y mujer frustrando así la realización de tales pulsiones. Feministas y gays se comportarían, según eso, como la mujer despechada que denuncia a su hombre acusándolo de hacer con otras lo que esperaba que hiciera con ella.

Yo siempre le he dicho que es un exagerado. Pero hasta hoy no he encontrado una explicación alternativa.

31 octubre 2006

El mar de las Sirtes


Es difícil enterarse, al menos en una primera lectura (y, sintiéndolo mucho, creo que no habrá segunda), de cuál ha sido la epopeya, el drama interior de nuestro oficial, y tampoco el del país (o el mundo) al que pertenece, esa ficticia Orsenna, ya que ambos, hombre y país, parecen los protagonistas de la novela. Con estos narradores de “línea oscura” se podría discutir durante horas enteras el sentido de cada párrafo, de cada frase.

El caso es que nuestro hombre parte de modo voluntario hacia un destino situado en los confines de la polis, un lugar más bien inhóspito donde es posible replantearse muchas cosas e incluso empezar a virar el rumbo colectivo. Allí se encuentra frente al enemigo, pues Orsenna se halla en guerra, bien que largo tiempo apagada, contra Farghestán. Este contacto con el límite parece, en efecto, cambiar algo en Aldo (que así se llama), que empieza a actuar de modo irregular y llega a hacer chirriar su relación de amistad con Marino, su superior.

Lo que percibe el lector, a través de la escritura de Julien Gracq (¿este sí escribe, Marguerite Duras? Sartre, “il n´écrit pas”, decía la dama; él da doctrina), es una espantosa inercia en la república, que su poder establecido no hace sino mantener y prolongar y que Aldo va a romper. Las brumas en que esta ruptura y aquella inercia quedan sumidas por obra de Gracq hacen recordar, como inteligentemente ha captado el diseñador de la cubierta, un cuadro de Chirico.

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30 octubre 2006

De Álvaro d´Ors

Como la ciencia económica ha sido elaborada por el liberalismo capitalista, es comprensible que, desde el punto de vista puramente económico, el capitalismo sea reconocido como mucho más productivo de riqueza que el colectivismo comunista. El comunismo, por su parte, sólo puede argumentar con vagas razones de justicia social, es decir, morales. De ahí que, en la actualidad, y en contra de lo que preveían los fundadores del comunismo, éste haya dejado de ser una doctrina económica válida para convertirse en una ideología humanitaria, y pueda, como tal, hacer las veces de una religión. Es decir, lo que fue concebido como infraestructura social ha venido a convertirse en superestructura.

(En La violencia y el orden)

Aguda observación que explica (en parte) la Teología de la liberación y fenómenos análogos.

28 octubre 2006

Todo bajo el cielo


Viajar hasta la China para descubrir que acabas de heredar un lote de deudas millonarias no es plato de gusto, sobre todo si eres una pintora española desheredada por progre y con una repelente sobrina a tu cargo. Pero si además tu difunto y olvidado marido era propietario de un objeto que puede desencadenar una guerra civil y otra contra Japón, el bolsillo puede ser el menor de los problemas. Así que a Elvira no le va a quedar más remedio que convertirse en aventurera y partir en busca del perdido mausoleo del primer emperador chino, en años de turbulencia para el país.

La reina del “best-seller culto” nos entretiene con un relato a lo Julio Verne en el que podemos reconocer ingredientes clásicos: el grupo heterogéneo que recorre largas distancias en busca del grial de turno; la serie de enigmas que hay que resolver hasta llegar al objetivo final; y esa mezcla de didactismo y aventura, tan propia del autor de La isla misteriosa. De hecho, Todo bajo el cielo podría definirse como un libro de divulgación sobre la cultura china, envuelto en un ropaje de novela de aventuras. La combinación está hecha con mano hábil. Matilde Asensi narra con oficio, nos muestra el enriquecimiento personal que experimentan las dos mujeres y nos conduce sin grandes baches hasta un final redondo, de los que mandan los cánones. Sólo le hubiéramos agradecido a la narradora que nos ahorrase sus emociones, bastante monocordes y reducidas a “estos chinos eran increíbles”, “en aquel momento la hubiera matado” o “aquello podía acabar con mis nervios”.

Por otro lado, la autora hace gala de una extensa erudición en torno a la sabiduría tradicional china, en contraste, por qué no decirlo, con sus apreciaciones sobre la historia española reciente, que se dirían redactadas por un funcionario de Pekín. Destila también una moralina progresista que, si no llega a estragar, tampoco es para todos los paladares.

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25 octubre 2006

Sin crédito

Hoy el Parlamento europeo ha echado por la borda el crédito que algunos habíamos concedido al sistema. Hoy, la representación de las democracias europeas ha decidido que matar a un número conveniente de ciudadanos es un método válido para conseguir objetivos políticos; tan válido como conseguir un número conveniente de votos en unas elecciones.

Parlamentarios y terroristas al mismo nivel. Que no se extrañen de las reacciones que a partir de ahora puedan producirse.

24 octubre 2006

La noche


Novela metafísica, novela del deporte... Me quedo con lo segundo. Si esta novela quería ser metafísica, le bastaba a Andrés Bosch quedarse con el epílogo y tirar todo lo demás. El epílogo, en efecto, podría haber sido un magnífico cuento, perfectamente comprensible, pues todo lo demás se halla implícito en él. Ahí está el drama humano, el drama existencial, por otra parte nada iluminador, pues se trata de la necesidad de encontrar un sentido a los días, ya sea el que uno ha soñado o (cuando este se derrumba) el que la propia vida le depara a uno.

En cambio, como novela de deporte, engancha, a pesar de la simplicidad del argumento. Luis Canales es el boxeador, el boxeador como figura literaria o cinematográfica, una cosa tópica donde las haya. Ansias de llegar a la cumbre, tocar la gloria con las manos y caer en lo más hondo, en la noche. Pero Bosch consigue que no bosteces, es más, que le tomes cierto cariño al Canales. Es, en efecto, un tío simpático, simpático por humilde, nada empalagoso en sus ansias de triunfo y nada estridente cuando cae. En realidad, se agradece que se tome el fracaso como se lo toma, con gran estoicismo ya que no con cristianismo (y aquí si uno fuera de Mundo cristiano cabría añadir aquello de que “se echa de menos una apertura a la trascendencia”). Tan solo hay un llanto sereno y escondido en la mesa de masaje. Por cierto: a pesar de que percibes la brutalidad de este deporte, la novela no deja de crear afición al boxeo.

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23 octubre 2006

Quizá alguien entonces lo tildó de catastrofista

Nunca entenderemos la nueva moral si no se nos mete en la cabeza que ahora no se trata de conservar la especie, sino de diezmar la especie, pero haciéndolo de un modo “humanitario”. Para ello se legalizan determinados actos, se despenalizan otros y se deja al hombre corriente desamparado, a merced de los depredadores y parásitos de su misma especie. La sociedad represiva se ha convertido en sociedad permisiva y ello ha llevado consigo una radical inversión de escala de valores. Las palabras siguen siendo las mismas, pero significan cosas distintas e incluso opuestas. Cuando los prohombres de esta sociedad hablan de “rearme moral”, “estilo ético” y demás zarandajas, lo hacen con perfecto conocimiento de causa, es decir, con premeditación y alevosía. Sin embargo, hay mucha gente todavía, chapada moralmente a la antigua, que toma las palabras por su valor nominal y se escandaliza cuando en los mass media o en la legislación esas palabras se convierten en hechos. En la sociedad represiva el aborto, la promiscuidad, las aberraciones sexuales, el impudor, la toxicomanía, el suicidio, la eutanasia, eran actos contrarios a la moral porque eran contrarios a la conservación de la especie... Esa sociedad se articulaba sobre tres pilares: la religión, la patria y la familia; la religión, en cuanto fundamento metafísico e institucional de la moral; la patria, en cuanto espacio sagrado y organismo colectivo de defensa y ataque; la familia, en cuanto centro primario de transmisión de valores y unidad de producción de biomasa. Esos tres soportes de la sociedad represiva son para la sociedad permisiva otros tantos estorbos, y a su eliminación se dirige el tiro concentrado de los legisladores y de los fabricantes de la opinión pública.

Esto lo escribía Aquilino Duque en 1983.

22 octubre 2006

GAL

Pedro de Miguel (http://www.bestiario.com/letras/) alude en su último comentario al libro de Miralles y Onetti GAL: la historia que sacudió el país. A mí lo del GAL me pilló cuando todavía recordaba con agrado una novela de Mickey Spillane titulada Un policía anda suelto (The last cop out), donde Gillian Burke, “el Agallas”, se cargaba por sí solo, y al margen de los procedimientos legales, a toda una banda mafiosa. Fue una operación impecable y el difunto Mickey pretendía con tal historia halagar esas “infinitas ansias de justicia” (por parodiar la terminología zapateriana) que anidan en todo potencial lector. Conmigo lo consiguió, y por eso saludé lo del GAL con cierto alborozo. Alborozo inconfesable, pues matar sin juicio está muy feo; pero así somos.

Hasta que la labor de la prensa libre nos hizo descubrir que semejante fregado era una simple guerra de bandas, pues en tal cosa se había convertido el partido del gobierno. El GAL no luchaba por España, ni por la justicia, sino que se quitaba de en medio a un competidor. Y ya sabemos que las bandas mafiosas tan pronto se matan como colaboran. Colaboran, sobre todo, cuando hay un enemigo común al que urge eliminar. Cuando ese enemigo se llama derecha, el GAL y la ETA chocan los cinco y en eso estamos. Y cuanto antes lo admitamos, mejor.

20 octubre 2006

2001: la Odisea continúa


El crítico cinematográfico Raúl Alda aprovechó la ocasión del "año de Kubrick" para ofrecernos un libro que compila todo lo que puede decirse sobre 2001, a space Odissey. La génesis de la obra, la colaboración entre Kubrick y Arthur C. Clarke, el montaje, las posibles interpretaciones de su argumento, las repercusiones en la prensa. La curiosidad del entusiasta queda satisfecha. No obstante, quizá lo que más destaca de todo el libro es la vigorosa personalidad del director: exigente, perfeccionista, con dotes de mando y, sobre todo, con una aguda percepción de su mundo, como se pone de manifiesto en la entrevista concedida a Playboy: "el hombre del siglo XX se encuentra, sin carta que navegar, en un bote desprovisto de timón".

Por lo demás, decir que las muchas y diversas interpretaciones que de la película se han hecho son un indicio, si no una prueba, de su carácter de obra maestra. Una obra apreciada por ateos, católicos y por todo el espectro de creencias, lo cual es una hazaña nada fácil de conseguir. Y quizá lo más acertado sea, en efecto, renunciar a una explicación discursiva y dejarse penetrar por sus imágenes, pues Kubrick quiso hablar a nuestra sensibilidad más que a nuestro intelecto: "si hubiera querido decir eso, lo habría dicho", podría responder el director, como los grandes poetas, a quien trata de proponerle una "explicación".

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19 octubre 2006

La adecuada gestión de las ganas

Eso dice José Antonio Marina que es la libertad, según Ana María Romero en Nuestro Tiempo, mayo 2006. Poco académico, pero atinado. Así me lo parece al menos.

18 octubre 2006

Siempre en vanguardia

de la actualidad, El País traía ayer a su primera página una fenomenal primicia: una foto de Franco con Hitler en Hendaya fue retocada para dar al caudillo una apariencia más gallarda.

Sin embargo, fuentes bien informadas aportan otra versión de los hechos: al parecer, la primera foto era un borrador.

Curiosidad insatisfecha

Jamás sabremos con certeza el volumen de compasión que existe en la alta valoración que, según las encuestas, los españoles otorgan a la vicepresidenta del gobierno.

17 octubre 2006

El castigo sin venganza


Leer a Lope de Vega es como entrar en otro mundo, desde luego mucho más grato. No sé qué hay en sus personajes, en su manera de concebir la vida, en sus donaires y en sus quejas, en sus riñas y en sus muertes, pero, desde luego, uno quisiera topar con ellos en cada esquina, en lugar de hacerlo con quienes ves cada día, quiero decir, exceptuando a tus deudos, claro. Podría decir que parecen no haber perdido la inocencia, pero no es eso, por supuesto. Nadie menos inocente que Federico, Casandra y, por supuesto, el Duque. ¿Es una actitud cristiana latente tras las tropelías y los pecados de todos ellos? Es posible, pero tampoco podría asegurarlo.

En todo caso, es eso, ese bonus odor, Christi o no, lo más atractivo en una obra de Lope. El argumento de El castigo sin venganza es artificial donde los haya, y los problemas que la situación límite aquí planteada puede traer consigo, fáciles de resolver desde el punto de vista moral (aunque no, desde luego, como aquí se resuelven). Ningún duque lascivo deja a su joven esposa al lado del hijo bastardo, sobre todo después de haberla frustrado en sus expectativas conyugales, si no quiere econtrarse lo que este se encontró. Menos aún buscaría un castigo (¿sin venganza?, sólo su conciencia lo sabe) de tan maquiavélica ejecución. No, la obra de arte no está ahí sino en cada delicioso parlamento, en el ingenio de cada diálogo, en la penetración con que cada respuesta es meditada.

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16 octubre 2006

Democracia

Lo dice un personaje sin escrúpulos, pero que cada uno juzgue.

"Al fin, la democracia no es más que un potente foco dirigido hacia la masa para que esta no vea quién mueve el foco. Pero lo triste es que con esto de iluminar a la gente, para que se crea que significa algo, la luz que difunde ese foco los ilumina en las cosas más vacías y serviles. Sí, tengo que reconocerlo aunque yo sea uno de los que le procuran fluido al foco. Pero, al menos, yo no juego a la democracia de hacerles creer que su opinión vale para algo y es tenida en cuenta. ¿O tú crees que del voto de tu hermana y de millones de seres como tu hermana puede salir algo? No, no sale nada, sino el sostenimiento de las grandes empresas de propaganda que los orienta y guía. Su instinto práctico de la democracia los ha convencido de que estamos en la era de las propagandas y no tienen que pensar porque la propaganda ya piensa por ellos. Les dice qué sopa les gusta más, qué camisa les conviene, qué película es la mejor y a quién tienen que votar. ¿Para qué, entonces, el arcaísmo de pensar?

Antonio Prieto, Prólogo a una muerte

15 octubre 2006

Patxi López

Mensaje en lengua GÁLica:

"Estamos a punto de conseguir un acuerdo histórico"

Traducción castellana:

"Estamos a punto de legitimar el asesinato como procedimiento democrático"

Correctísimo

En Radio 3 me presentan el último disco de Neil Young, y después de glosar sus méritos musicales, dicen que es un disco muy político (no sonó lo de comprometido) que aboga por quitar de enmedio a Bush y presenta como la América fetén a la que se opone a la guerra por antonomasia, la de Irak, como bien saben. Y termina el comentarista (no sé quién era, sonaba a Ramón Trecet pero no estoy seguro) diciendo que, por tanto, se trata de un disco incorrecto pero muy bueno.

¡Incorrecto! ¿De qué limbo viene este buen hombre? ¿Hay algo más correcto a esta sazón, después de denigrar a Franco, que criticar a Bush? Será un disco muy bueno, pero apoltronado a más no poder en el establishment.

13 octubre 2006

Donde el corazón te lleve


¿Hay que confiar en el corazón? Susanna Tamaro viene a coincidir con un servidor en que, cuando los argumentos se escapan, cuando los sofistas te abruman y eres incapaz de reconocer el discurso verdadero entre todos los que se te ofrecen en el zoco, no queda sino seguir los dictados de esa brújula que, a falta de algo mejor, encarnamos en esa víscera. No nos confundamos, es cuestión de desconfiar del impulso sentimental, de lo que “nos sale” de algunos sitios. Pero, si el corazón tiene razones que la mente desconoce, es porque quizá ve con más claridad que ella, sobre todo en ese tipo de asuntos que conciernen a lo más esencial. Por eso, el corazón no representa aquí lo visceral puro, sino quizá algo más relacionado con lo que los catalanes llaman el seny, o con el sentido común: la sede de las “corazonadas”, chispa del amor divino pero también de su inteligencia, ya que en Dios no hay separación de atributos. Me estoy metiendo por caminos que me sobrepasan, pero lo que sí quiero resaltar es que si esta novela conoció un éxito arrollador, si es una continua delicia y me llevó a entresacar un montón de párrafos, es por esa carga de buen juicio, de reflexión lúcida y atinada que sorprende y admira a cada paso y que los lectores del final de siglo veníamos necesitando como la proverbial agua de mayo.

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12 octubre 2006

Quién vive

"La obsesión de la muerte viene de la plenitud de vida; la tenemos los que sentimos que la vida nos desborda, y porque nos desborda la queremos inacabable. Se aferran a la vida los débiles. Lo que hay que inocular a los hombres es la fe en otra vida personal. Es tanto lo que amo la vida, que el perderla me parece el peor de los males. Los que gozan al día, sin cuidarse de si han de perderla o no del todo, es que no la quieren".

Es Unamuno, en carta a quien le reprochaba "complacerse en el desdén de la vida terrestre", según Charles Moeller, quien afirma que

"la incomparable grandeza de Unamuno está en afirmar, en verso y en prosa... la absurdez fundamental de este mundo si no hay un más allá".

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11 octubre 2006

Inmolación

El ABC habla ya de falsificación para referirse a la versión impresa del informe de los tres peritos. Ha decidido morir en plena fidelidad al poder nuevo. "Decidle a Stalin que muero con su nombre en los labios".

César Alonso de los Ríos, abandona el barco. No hay honor en ese hundimiento.

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10 octubre 2006

Escuadra hacia la muerte


Resulta difícil admitir que el autor de esta obra es el mismo que con el paso de los años ha proferido barbaridades impropias de un ser pensante en este cambio de siglo. Uno se agarra a todo con tal de salvarse del vacío, pero cabría esperar una opción más inteligente por parte del creador de esta impresionante parábola que sintetiza como pocas la literatura de nuestro siglo.

Siempre desprecié un poco la obra de Alfonso Sastre por culpa de sus comentarios políticos e ideológicos, siempre desquiciados. Pero, tras la lectura de Escuadra hacia la muerte, me confirmo en que las ideas políticas de un escritor no son más que la punta del iceberg de su alma, que se vierte con mucha mayor sinceridad en su obra literaria. Escuadra... es, como digo, una impresionante parábola sobre la existencia humana no redimida. Sin Cristo somos un batallón castigado a una expedición suicida, sin más salida que buscar la dignidad en morir peleando, darnos la muerte a nosotros mismos adelantándonos a una interminable agonía o resignarse a servir de bufones del destino matándonos entre nosotros, para no hablar del más triste pero menos traumático ir tirando cínicamente, como al final resuelven Pedro y Luis. Y, sin embargo, en medio de todo, "un hombre es un hombre", aunque no supieran ver al Hombre que pasó, tan cerca, también en Navidad.

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09 octubre 2006

Raza

".. y si no me equivoco, este es el secreto de la pasada grandeza de España. En España, los verdaderos poemas, los auténticos cuadros, los monumentos, son los hombres. Los hombres encarnan su filosofía. Aquellos españoles del Siglo de Oro "vivieron". Vivieron, sintieron, hicieron: no pensaron; lo que buscaron y encontraron fue la vida; la vida con sus torbellinos, con su fervor, con su variedad. La semilla de la que brotaron era la pasión, y dieron flores y frutos de pasión. Su preeminencia fue la preeminencia del carácter. En esto, creo que nadie los ha superado y únicamente los igualan los antiguos romanos. Diríase que toda la energía, toda la originalidad de esta raza vigorosa fue dedicada a alcanzar un fin, un fin único y exclusivo: obtención del máximo tipo humano".

William Somerset Maugham, Don Fernando.

Citado en Razón española, 137, mayo-junio 2006

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08 octubre 2006

El pelmazo de Garth Brooks

amenaza con una caja de cinco DVD. No sé qué le ven a este hombre. El tío que más discos ha vendido después de Elvis y los Beatles, se dice bien. A mí me aburre cada vez más. Y no entiendo que lo llamen country. Americana, si acaso, ahora que se han inventado ese palabro para designar el country descafeinado. Algo me divertía Ropin´the wind. Lo demás, cero. A ver si va a ser que no entiendo las letras. Tendré que repasarlas.

07 octubre 2006

Cuadernos de Rusia


Quien busque en los Cuadernos de Rusia alguna tonalidad épica, algún referente a los nuevos sueños imperiales que los españoles de la época alimentaban, acordándose de aquel emergente XVI que nunca volvería, quedará defraudado. El tono de estos cantos es casi estrictamente personal, y sólo se huele algún eco del Yo tenía un camarada cuando Ridruejo (camarada Dionisio) homenajea a sus compañeros caídos. En realidad, la referencia que acude primero a la memoria, al leer estos poemas, es Jorge Guillén. Encontramos aquí idéntica armonía con el mundo, tanto más sorprendente cuanto que se trata del campo de batalla, y la misma expresión contenida, exacta, con algo más de emoción juvenil quizá que en Guillén, pero con igual control de la forma poética. Leyendo después los pormenores biográficos del autor, uno se sorprende de que hubiese visto tanta muerte, de que la gesta rusa le costara la salud y de que como consecuencia de la enfermedad hubiera llegado a pesar treinta y dos kilos. Hay una total ausencia de tonos dramáticos, de desgarro, de preguntas o apelaciones a Dios, de todo eso que uno esperaría en los poemas de un soldado del siglo pasado. Es como si Ridruejo, jovencísimo al fin, se moviese en la guerra como en un elemento natural. La fascinación de la naturaleza, la personal insignificancia en medio de las estepas es aquí lo único que arranca acentos de emoción, que nunca llegan a desbordar la perfección de los versos.

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06 octubre 2006

La carga más pesada

"La libertad es elegir entre hacer o no hacer algo, actuar de una manera u otra, sostener una creencia o la opuesta. No es diversión, sino la carga más pesada puesta sobre el hombre: decidir su propia conducta individual, así como la conducta social, y ser responsable de ambas decisiones".

Peter Drucker, "padre del management". Citado en Nuestro tiempo, diciembre de 2005.

05 octubre 2006

A ver qué tal los carnavales

Andan en esos levantes que si quitan las fiestas de moros y cristianos, o las suavizan un poquito, no vayan a ofenderse los del turbante. Bien. Supongo que la cosa no quedará ahí y que en los próximos carnavales se meterá un paquete a todo aquel que se vista de cura o que de un modo u otro haga mofa de las creencias cristianas, como suele ser habitual en carnestolendas. Imagino también que se obligará a las librerías a tener bien ocultos los códigos davincis y toda la porquería impresa que a diario se lanza contra el cristianismo y se exhibe sin pudor en los estantes. Imagino.

Porque si merecen un respeto los que a la mínima que se les hace (o piensan que se les hace) se ponen a incendiar y a matar, a mucho más somos acreedores los que en tales casos nos limitamos a expresar nuestro disgusto. Siempre he oído que quien defiende sus cosas con intemperancia pierde automáticamente la razón. Si los próceres levantinos van a seguir permitiendo lo que he dicho más arriba, habremos de entender que ahora no obran por respeto, sino por miedo. Cosa que, también me enseñaron, es radicalmente diversa.

O, si no, habremos de entender que quienes en la transición quemaban librerías andaban en su justo derecho, y eran los libreros los que tenían la culpa por exhibir portadas que ofendían sensibilidades.

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04 octubre 2006

Los que vivimos



Ayn Rand era una vitalista, al menos en la época en que escribió esta novela. Y, como otros, pensaba, vaya usted a saber por qué, que la creencia en Dios ahogaba la vida. “Los que vivimos” son aquí los que, por encima de compromisos ideológicos y de religiones, ponen el norte en la consecución de la propia felicidad, sin más. En esta novela, claro, quien sale perdiendo no es mayormente la religión, casi inexistente a lo largo de sus quinientas páginas, sino la ideología, en concreto el comunismo, con su omnipresencia agobiante en la vida de todos. Sale perdiendo, quiero decir, en el sentido de ser el malo, el antagonista. Lo es por su afán de planificar la vida de todo un pueblo, impidiéndole así desarrollarse libremente. De hecho, la sensación de asfixia llega a notarla el que lee, y comprende la decisión final de Kira de huir al extranjero cueste lo que cueste. Le costará la vida, pero habrá valido la pena.

Uno se pregunta hasta qué punto este vivir por vivir sirve para dar plenitud a una existencia. Se lo pregunta retóricamente, claro. La verdad es que estamos ante un personaje falso, no porque esté mal perfilado (al contrario, es tremendamente coherente), sino porque no es creíble esa sonrisa final cuando la nada va a ser la única recompensa a tus esfuerzos. En ese supuesto, es más plausible la conducta de los trepadores, Pavel Syerov o Morozov. ¿Ellos no vivieron, y mucho mejor?

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03 octubre 2006

Lo malo del maoísmo

En El archipiélago Orwell, Mercedes Rosúa traza un inquietante paralelismo entre la China de Mao y el sistema educativo español. Se refiere también a la recepción de sus experiencias en España:

"En el otro extremo del mundo, Occidente, con las prolongaciones del 68, mitificaba el rito de la libertad sexual y hablaba con divertida curiosidad del exótico caso chino de castidad insoportable. El credo en boga era por entonces, en su versión de consumo rápido y digestión ligera, la guerra a la represión a frecuente golpe de ariete genital, lo que hacía doblemente patético el puritanismo socialista y, por extensión, a los sometidos temporalmente a sus normas. A mediados de los setenta, cuando la ex cooperante volvió a España y comenzó a intentar explicar el mundo que había dejado tras sí, el interés del periodista con quien conversaba en la redacción de un semanario parecía girar en torno a la lacerante cuestión ¿Cómo te las arreglaste? ¿Cómo podía un ser humano vivir, días, semanas y largos meses, sin el coito reglamentario? Era una retención tan impensable como la de orina, el famoso, simple e indispensable vaso de agua tan citado en los postulados al uso. El resto, el enorme resto del paisaje, empalidecía en contraste con los llamativos tonos de la escandalosa abstinencia sexual."

Así se explica: comité audiovisual catalán (y quizá español); frente contra la investigación del 11-M; "seremos implacables contra quien ponga en duda..."; paridad obligatoria en los consejos; tal vez leyes mordaza contra internet...

¿Qué más da? Sigue, cariño.

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01 octubre 2006

A veces resulta patético

el esfuerzo de los cristianos por abrirse camino entre las grietas legales de un gobierno socialista. Es como darse contra un muro. A un gobierno socialista no se le puede argüir en términos de derechos, libertades, democracia... El socialismo hace un uso particular de esos términos y disfraza con ellos lo que objetivamente no es más que arbitrariedad. Democracia popular, derecho de los pueblos, libertad sexual, todo está inventado hace tiempo y no van a pasarse ahora a una versión “burguesa” de esas cosas. Al socialismo, cuando se ha ramificado ya por todo el organismo de la nación (justicia incluida), sólo cabe oponer la fuerza.

Sucedió en otro tiempo, y resultó que la bestia volvió por sus fueros en calidad de víctima, enarbolando las bonitas y ambiguas banderas: libertades, democracia, para arrebatarlas a quien realmente sabe lo que significan.

Pero los cristianos tenemos otra fuerza, la del martirio. A ella se debió lo mejor de aquella victoria y va llegando el momento de emplearla de nuevo, esta vez con exclusividad. De este modo la victoria, una más duradera victoria, está asegurada, no importa la tribuna desde la que nos sea dado contemplarla.

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30 septiembre 2006

Prólogo a una muerte

Creo que Antonio Prieto no buscaba sorprender a nadie, pues de otro modo no habría puesto este título. Intuimos, de hecho, que el endiosado y locuaz protagonista de este relato va a morir. Lo que no acabo de ver es el sentido de su asesinato por el interlocutor, ese cuñado sordomudo que se supone que no ha entendido nada. Descartado que se trate de un golpe chistoso, podemos suponer o que el mudo llevaba tiempo esperando la ocasión de acabar con el secretamente odiado pariente o que en realidad le había entendido leyéndole los labios y quiso vengar a su hermano, a quien el innominado parlante confiesa haber llevado a la muerte, a su vez.

No sé. Por lo demás me ha agradado esta novela, sostenida a base de un recurso difícil como es el monólogo. Supongo que Prieto aprovecha la moda experimental y en concreto el precedente de Mrs. Caldwell de Cela y Cinco horas con Mario de Delibes. En este caso es monólogo frente a un sordomudo en vez de frente a un muerto.

Y no cansa, ya digo. El narrador, un insoportable "hombre hecho a sí mismo", desgrana sus cínicas confesiones con la clásica elegancia que honra al autor e incluso con algunas reflexiones dignas de ser anotadas. Es posible que su "condena a muerte" sea una condena del cinismo, más aborrecible que la hipocresía porque exhibe la maldad sin pudor.

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29 septiembre 2006

Víctor Dunaev, en Los que vivimos (Ayn Rand, 1936):

"... la elegancia femenina es la más elevada de las artes".

Nunca se me había ocurrido. No seré yo quien le lleve la contraria.

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27 septiembre 2006

Idomeneo

Hombre, en esta ocasión los bestias con turbante han hecho algo bueno (http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276288918.html). Sacar a escena una obra de Mozart con cabezas cortadas de Cristo, Buda y Mahoma es un atentado no contra el Islam, ni contra la cruz ni contra Buda, sino contra la creatividad y el buen gusto. Es decir, contra Mozart. Si las amenazas de unos fanáticos sirven para hacer respetar a un genio, pues mira.

Yo también habría hecho campaña contra esa bufonada. Hoy se considera poco menos que sacrilegio el censurar una (presunta) obra de arte. Afortunadamente no tengo semejante prejuicio. Si el arte es hoy más transgresión que belleza, hay que lograrla también con un poco de talento. A estas alturas, decapitar a Cristo o a Mahoma es tan genial como decir "los fascistas no tienen pilila". Que lo censuren por irreverente y por inútil.

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Oceanografía del tedio


No hay mejor modo de entender lo que quiso ser el movimiento llamado novecentismo que leer una obra de creación de Eugenio d´Ors, el fundador del movimiento. Oceanografía del tedio viene a ser un esfuerzo por someter a razón hasta lo más inasible: "ni un movimiento, ni un pensamiento", es la prescripción médica (real o ficticia) que está en el origen de esta obra. El autor (Autor, como él mismo se denomina, sin artículo y como nombre propio) aprehende bajo la horma del concepto hasta la más sutil de las sensaciones durante las tres horas que pasa tendido en una chaise-longue, en el jardín del balneario. Reivindicación del intelecto, que se opone a todo lo que es espontáneo, irracional, instintivo, primario, tan amado tanto por el Romanticismo del siglo anterior como por los irracionalismos de su época. "Jardín botánico" es el título común que d´Ors imaginó para esta obra y otras dos posteriores, porque nada mejor que el jardín botánico muestra el triunfo del intelecto humano sobre lo natural, sin que lo natural quede vencido, sino sublimado. Esto es lo que nuestro autor quiso que fuese el siglo XX ("novecentismo"), aunque me parece que habrá que hacer un nuevo intento en el XXI. En todo caso, ahí queda su esfuerzo. Que no fue del todo estéril, y ahí están Gerardo Diego o Pedro Salinas para confirmarlo.

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25 septiembre 2006

Donald Rumsfeld a Federico Trillo

"Cuando me preguntan mis compatriotas qué está pasando con nuestros viejos aliados europeos, no consigo explicarlo, quizá porque me da vergüenza decirles la verdad, porque me avergüenza que algunos de ustedes tengan más miedo a algunos medios de comunicación que a la amenaza terrorista".

Bueno, miedo... o aversión. Depende de si gobierna la derecha o la izquierda.

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24 septiembre 2006

Como en El Mundo, oyes

Anticipo el primer párrafo del artículo que aparecerá, D. m., en Minuto Digital (www.minutodigital.com)


V de vendetta y el discurso de Ratisbona

V de vendetta es el mejor videoclip de apología del terrorismo concebido hasta la fecha. Con escasa lógica y sin argumentos, con una rápida cadena de sugestiones hábilmente dirigidas a la cabeza de los cachorros logsianos; un terrorista culto, elegante y romántico que proclama la licitud de la violencia en pro de la justicia, que mata convencido de su razón: con galante indulgencia si el fascista admite su culpa (“te he matado hace diez minutos”; “¿sufriré?”; “no”), sin piedad si se obstina en resistir (“te estrangularé con mis propias manos”, dice y hace); una democracia que proclama la “unidad” y la “fe” como sus valores y a la que sólo vemos golpeando y manipulando a sus ciudadanos; políticos ceñudos y encastillados tras la pantalla y tras unos crueles guardianes del orden; todo el complejo ideológico, en fin, sembrado a voleo por el socialismo desde hace décadas, se halla aquí ya a las claras y Zapatero haría mal en desdeñar esta película como herramienta en su nueva estrategia de “comprensión” del terrorismo y los terroristas, una vez que ha comprobado (14 de marzo de 2004) que hay un pueblo maduro para la cosecha.

(continuará)

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22 septiembre 2006

La cultura y el sentido de la vida

Apabullante título para una recopilación de artículos del maestro López Quintás (don Alfonso), donde expone su teoría antropológica y su aplicación al arte y a la literatura. Mientras vivimos en esta tierra, enseña Quintás, nuestra función es "crear ámbitos de realidad" o "fundar encuentros", lo que, si no entiendo mal, viene a significar arrinconar el egoísmo y vivir para el prójimo: "y cada vez menos tú, y menos yo, y más nosotros", al contrario que en la canción de Sabina. Las mejores obras de la literatura no serían sino ejemplos de éxitos y fracasos en el logro de esta función. Así las analiza Quintás, dándoles una dimensión humana en las antípodas de todo estructuralismo. Como ejemplo figuran aquí su lectura de San Manuel bueno, mártir, Yerma y Esperando a Godot.

Resulta interesante la dicotomía "vértigo/éxtasis" en que el autor sintetiza las experiencias de la exaltación placentera, por un lado, y la felicidad resultante del sacrificio y la donación al otro. El vértigo es una experiencia efímera y poco reconfortante a la postre, relacionada con la ebriedad y la excitación sensual. El éxtasis "exige mucho, promete mucho y lo da todo". En este sentido, lo que el hombre entregado al vértigo entiende como "represión" no es sino sacrificio, en virtud del cual se renuncia a un bien inferior para conseguir otro superior. Cuando uno aprende a hacer esto, empieza a ser libre, accede al "poder de sobrevolar la vida entera y optar en virtud del ideal que la corona".

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20 septiembre 2006

Ironía rusa

"Suponía que los funcionarios del Estado constituían una familia unida, amistosa, que se preocupaba constantemente por la tranquilidad y el contento recíprocos, que la asistencia al lugar de trabajo no era un hábito obligatorio al que debía uno atenerse todos los días y que el barro, el calor o simplemente una indisposición eran pretexto suficiente y legal para no acudir al mismo.

¡Cómo se disgustó Oblomov al ver que se requería un terremoto, al menos, para que un funcionario sano no se presentase en su departamento! Y como es bien sabido, no suele haber terremotos en San Petersburgo. También una inundación podría, claro está, servir de impedimento, mas tampoco estas eran frecuentes."

Iván A. Goncharov, Oblomov

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19 septiembre 2006

Una mujer para el apocalipsis

Hay que conceder mucha carga metafórica a esta mujer para no tachar a Vintila Horia de hereje: "si alguno dijere que el amor a una mujer puede otorgar la salvación, sea anatema", y tal. Por fortuna, nos encontramos ante una novela, no ante un libro de espiritualidad. Y como tal novela, no cabe duda de que resulta tan bella como audaz. Pensaba yo, a propósito de una novela de Perucho, que estaba ante el summum de la experimentación narrativa, porque mezclaba como si tal cosa épocas diferentes, sin salir del mismo capítulo. Pues hete aquí que, apenas has leído unos cuantos párrafos de Una mujer..., te das cuenta de que están hablando dos personas distintas dentro de la misma secuencia narrativa, siendo el punto y aparte la única separación de sus parlamentos. Toma audacia y toma audacia no gratuita, porque ¿de qué otra manera podría darse a entender mejor la fusión que experimentan los amantes ("amada en el amado transformada")? Item más: cuando abordas el segundo capítulo, te das cuenta de que allí se está interfiriendo otra época y otra acción, aunque con los mismos personajes. Ocurrencia peregrina que, para quien conozca la pericia novelística de Vintila Horia, no será ocasión de tirar el libro, sino de seguir adelante en busca del fundamento de aquel enigma. Que quizá, sabiendo de las aficiones metafísicas del autor, sea complicado encontrar. Pero queda uno compensado por la profunda belleza ("embrujo", sí) del lenguaje novelístico de Vintila.

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18 septiembre 2006

Pancarta

TOTS SOM MANEL II PALEOLEG !!!

Bueno, y si lo escribo mal, ya me corregirá algún catalán.

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Olegario González de Cardedal

"El Estado debe exigir a sus maestros una formación objetiva en todos los órdenes de la realidad y del saber que han hecho posible la existencia humana, tal como la vivimos hoy, intelectualmente pensada y moralmente realizada según los derechos humanos. Y, en este orden, no es posible desconocer, eliminar o demonizar la religión. Primero, porque sin ella no se entiende la historia humana anterior. Segundo, porque muchísimos hombres de nuestra sociedad, y no precisamente ignorantes o incultos, se identifican a aí mismos religiosamente y se encuadran dentro de los sistemas democráticos y constitucionales en que vivimos, puesto que estos regímenes en parte han nacido de las convicciones cristianas y han sido hombres creyentes quienes los han forjado para defendernos contra la barbarie, los totalitarismos o la magia. Tercero, porque los hechos, relatos, símbolos, ideas, instituciones y esperanzas ofrecidas por la religión hoy día siguen siendo fuentes de sentido, verdad, acción y esperanza. Apelar a sus reales deformaciones es como intentar eliminar al hombre porque es un posible enfermo, o extirparle el corazón para prevenir los infartos."

En Educación y educadores, p. 178

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14 septiembre 2006

Plaza del castillo

Estamos ante una novela de personaje colectivo. ¿Qué la diferencia de La colmena? El espíritu vital y alegre de los personajes. ¿Qué la diferencia del "Ruedo ibérico"? Aquí no se trata de esperpento sino de idealización. Bueno, yo diría más bien de cántico. De canto épico que, como es tradicional en España, no desprecia lo realista. Es más, lo realista es la nota dominante, hasta el punto de que puede hablarse de costumbrismo. Pero un costumbrismo que aparece sublimado por el ardor guerrero que la proximidad del conflicto suscita. Esto hace de García Serrano un ejemplar prácticamente único en la novela española de posguerra y, casi diría, de toda la novela del XX en España.

Los catorce capítulos se corresponden con los catorce días que median entre el 6 y el 19 de julio de 1936. Estamos, pues, en las vísperas de la guerra civil, vividas por los personajes con el mismo desparpajo que le echan a las situaciones diarias del existir. Si el estilo debe mucho a Valle-Inclán (esas largas enumeraciones, esos cuadros llenos de pormenores) en el espíritu está Lope de Vega, no cabe duda. El temor no se ha hecho para ellos, como no sea el fugaz del desengaño amoroso.

Plaza del castillo es también un homenaje a Navarra, por supuesto: "Navarre shall be the wonder of the world", es la cita de Shakespeare que aparece como lema, junto a otro latino que expresa la voluntad de regeneración.

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13 septiembre 2006

La vida como servicio

He aquí uno de mis párrafos favoritos de La rebelión de las masas:

"Nunca el hombre-masa hubiera apelado a nada fuera de él si la circunstancia no le hubiera forzado violentamente a ello. Como ahora la circunstancia no le obliga, el eterno hombre-masa consecuente con su índole deja de apelar y se siente soberano de su vida. En cambio, el hombre selecto o excelente está constituido por una íntima necesidad de apelar de sí mismo a una norma más allá de él, superior a él, a cuyo servicio libremente se pone. Recuérdese que al comienzo distinguíamos al hombre excelente del hombre vulgar diciendo que aquél es el que se exige mucho a sí mismo, y éste, el que no se exige nada, sino que se contenta con lo que es, y está encantado consigo. Contra lo que suele creerse, es la criatura de selección, y no la masa, quien vive en esencial servidumbre. No le sabe su vida si no la hace consistir en servicio a algo trascendente. Por eso no estima la necesidad de servir como una opresión. Cuando ésta, por azar, le falta, siente desasosiego e inventa nuevas normas más difíciles, más exigentes, que le opriman. Esto es la vida como disciplina -la vida noble-. La nobleza se define por la exigencia, por las obligaciones, no por los derechos. Noblesse oblige. «Vivir a gusto es de plebeyo: el noble aspira a ordenación y a ley» (Goethe). Los privilegios de la nobleza no son originariamente concesiones o favores, sino, por el contrario, conquistas. Y, en principio, supone su mantenimiento que el privilegiado sería capaz de reconquistarlas en todo instante, si fuese necesario y alguien se lo disputase. Los derechos privados o privi-legios no son, pues, pasiva posesión y simple goce, sino que representan el perfil adonde llega el esfuerzo de la persona. En cambio, los derechos comunes, como son los «del hombre» y del ciudadano, son propiedad pasiva, puro usufructo y beneficio, don generoso del destino con que todo hombre se encuentra, y que no responde a esfuerzo ninguno, como no sea el respirar y evitar la demencia. Yo diría, pues, que el derecho impersonal se tiene, y el personal se sostiene."

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12 septiembre 2006

“No se trata de que la derecha desbanque al socialismo para devolverle a la sociedad su verticalidad moral, sino para lograr una mejor gestión económica de la misma sociedad de cuadrúpedos.”

Me hubiera gustado saber decirlo con esa rotundidad. Esa es, en efecto, la diferencia, hoy, entre la derecha y la izquierda políticas. El autor de la frase es Aquilino Duque, la enunció en los años 80 y hoy las cosas no han variado, como nos recuerda en su artículo Desgastes, publicado en Análisis digital (www.analisisdigital.com).

Recordamos que Aquilino Duque está en

www.vinamarina.blogspot.com

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11 septiembre 2006

Otra vez el franquismo y la Iglesia

Un amigo mío volvía a aludir, hace poco, a la cuestión del franquismo y la Iglesia: en concreto, al daño que a la Iglesia le habría causado su identificación con el régimen, de cara a su estimación por otras fuerzas políticas. Tal vez eso podría sostenerse hacia 1960. Hoy no. Menos que nunca en el año de gracia de 2006, con el zapaterismo en el poder. Si es cierto que la cuestión religiosa en España se ha visto envenenada por la política durante siglos, puede decirse que por parte de la Iglesia eso ha terminado hace tiempo. No así por parte del socialismo, que sigue enquistado en las posiciones de los años 30, suavizadas, de momento, en cuanto a las formas.

La Iglesia española lleva cuarenta años profesando, a veces se diría que genuflexa y brazos en cruz, su no franquismo y su acatamiento a la democracia. Cabría esperar de la izquierda actitudes a lo Marcello Pera, reconociendo lo que el cristianismo ha aportado a Europa. Pero sólo han cambiado los fusiles y las antorchas por el desplante, el acoso legal y la burla.

Y cuando hablo de la Iglesia no me refiero sólo a la jerarquía, sino a políticos, periodistas e intelectuales que no pierden ocasión de desmarcarse de Franco cuando hay que criticar a la izquierda, no vayan a pensar que... Cuando escribo esto, un locutor de la COPE criticaba al presidente del gobierno por haber adelantado un viaje oficial a Finlandia para hacer turismo. La cosa, dijo, recordaba “a la España de los años 60 y 70 y a las películas de Paco Martínez Soria”. Perplejidad.

Desconozco casos de ministros franquistas que hicieran lo propio. En todo caso, ignoro el motivo por el cual hay que suponer que, haga lo que haga un gobierno socialista, en el franquismo era peor. La actitud de Zapatero recuerda, antes y sobre todo, a la España de 2006. Y no hay por qué salvarles los muebles comprometiendo a un franquismo al que, en efecto, la Iglesia prestó apoyo más que nada porque en el otro lado, en el socialista, les saludaban con plomo.

La vinculación con el franquismo fue circunstancial. Lo que realmente inficiona la cuestión religiosa en España es la identificación de la democracia con el laicismo, que la izquierda y parte de la derecha parecen incapaces de superar.

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10 septiembre 2006

Donde siempre es octubre


El día en que Laura Espido Freire tenga algo coherente en la cabeza, puede ser una gran novelista. Mientras tanto, habremos de conformarnos con la rara sensación que nos producen estos personajes huecos, todos iguales en su vacuidad, unidos en la atmósfera infernal de esta ciudad imaginaria, esta Oilea donde quizá octubre signifique el reinado de la histeria y la hipersensibilidad. Más de lo segundo, porque una histérica al menos tiene sangre en las venas; y los personajes de esta historia parecen muertos. Dije atmósfera infernal y le doy este calificativo quizá más por la falta de alegría o de ganas de vivir que otra cosa. Amar se ama, al menos con la sensibilidad, pero también se traiciona y se odia con la asepsia aborrecible de quien no sabe lo que hace o quizá no le importa. No me aventuro a decir que es un diagnóstico de nuestro tiempo, en parte por no parecer pedante y en parte porque me niego a creerlo. Lo cierto es que la originalidad de construcción no se ve equilibrada por el interés (nulo) que suscitan los personajes, todos iguales, como creo que ya he dicho. Estas historias independientes con personajes comunes cuyas circunstancias hay que ir reconstruyendo te obligan a ir saltando hacia atrás continuamente para ver quién era Worsen, quién Copelia, qué parentesco une a Sorel y a Lavinia, etcétera, sin que el resultado reconforte lo más mínimo. Otra vez será, espero.

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08 septiembre 2006

Veinte años después

Estas nuevas aventuras de los tres mosqueteros son, por lo menos, tan apasionantes como deben de serlo las primeras para quien nunca había oído hablar de d´Artagnan y sus compañeros. Alejandro Dumas es un maestro de la narrativa, sí, pero además de esa narrativa que tiene como principal objeto cautivar al público, quedarse con él, como hoy diríamos. Se me ocurre compararlo con Alfred Hitchcock, salvando las distancias de los géneros.

Pues, señor, es el caso que nos hallamos en plena insurrección de la Fronda: nobles y pueblo, esta vez unidos, contra Mazarino, el cardenal lego de origen italiano que hace de primer ministro en sucesión de Richelieu. Han pasado, como el título indica, veinte años desde la famosa historia de los herretes de la reina y d´Artagnan sigue de teniente de mosqueteros, menesteroso teniente que se ve obligado a aceptar una misión al servicio del cardenal, al que Dumas nos pinta con trazos aún menos atractivos que Richelieu, pues el italiano no posee la astucia de su antecesor y lo que en este era ambición en Mazarino es roñería de lo más vulgar. La gracia del caso es que Athos y Aramis se hallan en el bando de la Fronda, y las disensiones políticas van a poner a prueba la amistad que los viejos espadachines se juraron. Esta, sin embargo, sale vencedora y los cuatro acaban, como siempre, codo con codo, jugándose la vida en las costuras de la historia de dos naciones.

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