Como la ciencia económica ha sido elaborada por el liberalismo capitalista, es comprensible que, desde el punto de vista puramente económico, el capitalismo sea reconocido como mucho más productivo de riqueza que el colectivismo comunista. El comunismo, por su parte, sólo puede argumentar con vagas razones de justicia social, es decir, morales. De ahí que, en la actualidad, y en contra de lo que preveían los fundadores del comunismo, éste haya dejado de ser una doctrina económica válida para convertirse en una ideología humanitaria, y pueda, como tal, hacer las veces de una religión. Es decir, lo que fue concebido como infraestructura social ha venido a convertirse en superestructura.
(En La violencia y el orden)
Aguda observación que explica (en parte) la Teología de la liberación y fenómenos análogos.