30 julio 2009

¿Contra ETA luchamos todos?

Yo no, y menos mientras gobiernen España unos señores que hace nada estaban sentados con los terroristas haciendo planes para cuando echaran a los populares del gobierno. Espero que se me suponga, como el valor en la mili, que soy un ciudadano honrado y que repudio el terrorismo. Pero luchar, luchan las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que para eso les pago. Así que lo siento, señor editorialista de La linterna: yo no estoy para hacer lo que no quiere hacer el gobierno, o hace sólo cuando lo aconseja la jugada, como decía el fiscal de nombre cantarín. Esa ingrata misión le toca, insisto, a los guardianes del orden, es decir, a mis guardianes. Estaríamos frescos.

Y, en otro orden de cosas: hasta septiembre, y feliz agosto a todos.
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29 julio 2009

Una historia perversa


A decir verdad, creo que esta novela podría haberla escrito cualquier aficionado. Su asunto mezcla lo rosa y lo gótico sin pizca de originalidad, y el estilo no da destellos de talento. En una colección de kiosco, tipo Estefanía o Barbara Cartland, no desentonaría. Pero quizá es algo que puede permitirse una escritora cuando su nombre ya ha sido inscrito en el olimpo de la fama.

El caso es que si buscamos el mensaje, podríamos encontrarlo, quizá a despecho de la propia autora. Sabemos lo que está sucediendo con el arte: cualquier esperpento puede hallar justificación teórica, y desde hace un siglo hay gente que sacraliza el arte hasta el punto de inmolar la vida en sus aras. Un burro crucificado, una Madonna pringada de mierda tienen su sitio en las galerías por más que insulten no sólo la piedad sino la inteligencia. ¿Dónde está, pues, el límite? ¿Puede extrañar que surja un Frankenstein del arte dispuesto a profanar la vida y la muerte para dar salida a sus teorías estéticas? Ese es Octavio Saló, el protagonista de esta "historia perversa". Su arte lo justifica todo, y quien ose criticarle es que sencillamente no le comprende. Sin embargo, la idea estaba ya en Los crímenes del museo de cera, aunque Octavio encaja bien en el mundo personal de Adelaida García Morales, tan aficionada a los personajes masculinos inquietantes y atractivos.

Nota redactada en julio del 2001

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28 julio 2009

Va una de Lope


Todas consultan la primera respuesta con su vergüenza y la segunda con su flaqueza.


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25 julio 2009

Santiago, ese tabú


Durante la posguerra mundial existió algo llamado reeducación: fue la idea de que el pueblo alemán debía pensarse de nuevo a sí mismo, renunciando a su pasado, pues en él estaban contenidos los gérmenes de lo que llegó a ser el nazismo. Toda manifestación de germanofilia fue por ello mirada con recelo e incluso combatida.

Impulsado por los vencedores de la guerra, fue un proceso que benefició sobre todo a la izquierda, pues, por un lado, permitió correr un velo sobre los crímenes del comunismo; pero, además, el pensamiento que más a mano tenían los alemanes para reinventarse era el neomarxismo de los Adorno, Marcuse y demás.

Ver a esta luz la política española del posfranquismo resulta esclarecedor. En este caso, la izquierda no ha sido sólo la beneficiaria, sino la impulsora de una reeducación de los españoles en la que el fantasma de Franco y el franquismo venía a representar el papel de Hitler en el caso europeo. Si a España no la había de reconocer ni la madre que la parió, en frase textual del más guay de sus reeducadores, todos los mitos hispánicos que el franquismo hizo suyos habían de acompañarle a la gehenna de la historia, igual que todo lo germánico había de ser enterrado con Hitler. El modo vergonzante en que España trata hoy a su Santo Patrono, arrinconado en una autonomía y privado de su condición de fiesta nacional, entra de lleno en esa lógica. Y lo triste es que la derecha, política y social, se ha sumado al experimento con la cabeza gacha, exactamente como el pueblo alemán cuya culpa colectiva no dejó de ser cebada por los vencedores, e ignorando que fue ella, la derecha, quien venció al totalitarismo con las armas y quien, a la postre, trajo la democracia.
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24 julio 2009

Desciende, Moisés


Creo que esto tiene más de "conjunto de relatos" que de "novela episódica", y si no, que alguien me explique el hilo conductor. Esta que me he tragado no es edición crítica, lo que tiene ventajas e inconvenientes: puedes interpretarla a tu aire, sin que nadie te guíe, pero puedes perder datos que te ayuden a comprenderla. Tratándose de Faulkner, es mejor que te guíen.

No me hacen gracia esas obras que te traen al principio un mapa o un árbol genealógico: es señal de que te vas a pasar la lectura retrocediendo hasta el mapa o el árbol genealógico. En este caso se trata del árbol. El del viejo McCaslin, fornicario e incestuoso, de cuyas expansiones lícitas e ilícitas nacen la mayor parte de los personajes de estos cuentos, blancos y negros. En algunos, Faulkner narra en plan normal ("Pantaloon de negro" o la primera parte de "El oso"), pero en la mayoría adopta ese condenado estilo suyo, ese del que se diría que todo está narrado por un subnormal, como en El ruido y la furia, o por lo menos que el punto de vista está pegado a la ropa de los personajes, todo primeros planos, sin dignarse jamás darnos un plano general, lo que te pone las cosas realmente difíciles. Aun así nos ofrece remansos como los tres primeros capítulos de "El oso", una pequeña epopeya "hombre vs. naturaleza" en plan Jack London, muy reconfortante.

Nota redactada en octubre del 2007

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23 julio 2009

Franquismo, Gibraltar, Bearn


Comenta el Zurdo, a propósito de mi nota sobre El mono azul, que no le parece una novela franquista. No, no lo es. Con el término franquista me refería al bando normalmente llamado nacional, y es evidente que El mono azul está narrado desde la perspectiva de ese bando. Lo de nacional no suelo utilizarlo porque siempre me ha parecido algo impropio, no sólo porque hubiera gente en el otro lado que se sintiera tan español como el que más, sino por una simple cuestión lexicológica. Hablar de bando franquista me parece más propio porque, aunque no todos sintieran una devoción incondicional hacia el caudillo, este aglutinó y acaudilló, en efecto, a todos los sublevados (adjetivo, por cierto, que también sirve para designar de modo objetivo y aséptico al colectivo de que venimos hablando).

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¿Qué es más trasnochado? ¿El patriotismo de los que no renuncian a Gibraltar o el mantenimiento de una colonia en el año del Señor de 2009? ¿Qué apegamiento es más pueblerino, el de los españoles a Gibraltar o el de los británicos a la libra esterlina y a la milla? ¿Se equivocan aquellos de época o lo hacen los que profesan el nacional-anglicanismo con una reina que es defensora de la fe?

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Ignacio Peyró reivindica de nuevo a Lorenzo Villalonga y su Bearn, tan maltratados. Por cierto, que esa novela la escribió primero en español y fue finalista del Nadal. Así que lo de relegarlo a las "otras literaturas hispánicas" como suelen hacer los manuales, tiene sentido hasta cierto punto. Qué pena la entrada en catalán de la Wikipedia. Claro que, viéndola, uno se hace idea de lo que deben de ser los libros catalanes de texto. Y tiembla.

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22 julio 2009

Familias y sociedades domésticas

Hay familias que en vez de familias son sólo sociedades domésticas: dos o tres personas que se han puesto de acuerdo en convivir. Hay que devolver cada cosa a su significado, pero lo importante es que veamos que la familia tiene un valor para la sociedad, y el matrimonio también lo tiene, porque se crea para procrear y educar hijos, que luego serán ciudadanos responsables. Pero las sociedades domésticas no lo pretenden como asunto principal, y en cambio cuestan dinero al Estado porque exigen derechos económicos, fiscales y de otra naturaleza, como si realmente hicieran una aportación positiva a la sociedad. Y no la están haciendo. El Estado no tiene que dar privilegios a personas que viven a costa de la sociedad, que se agrupan no por razones de necesidad sino por razones de placer. Si el Estado actuara de esta manera, no estaría actuando con justicia, que es una de sus características imprescindibles.

Carlos Cavallé, en entrevista con Jordi Jordà, Nuestro tiempo, enero-febrero 2005

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21 julio 2009

El mono azul

No recuerdo si Conversación sobre la guerra, el premio Nadal de José Asenjo Sedano, era del 73 o del 77. En todo caso, esta y El mono azul (finalista en el 73) son testimonio de que la guerra civil seguía interesando como materia novelística en años tan tardíos como los de la transición, antes o después de la muerte de Franco. Hoy sigue dando materia a obras de ficción, pero casi siempre en el contexto de la cínicamente llamada "recuperación de la memoria", esa bomba que la izquierda se empeña en agitar como un niño irresponsable.
Por supuesto, El mono azul está narrada desde la perspectiva franquista, pero no carga las tintas en la demonización del otro bando. La guerra es aquí casi el telón de fondo, y Duque se contenta con exhibir su talento narrativo en una historia privada en el marco de su Andalucía. Sí que vemos, con todo, cómo la guerra (o, mejor dicho, la política llevada a posiciones radicales) es capaz de excitar odios que no habrían llegado a la existencia de otro modo. El repudio de Aquilino Duque hacia los partidos políticos puede aflorar aquí, pero la impresión que deja El mono azul es la de un relato costumbrista que cobra fuerza en los últimos tramos, cuando el personaje de Tobalo, convicto, herido y prisionero, suscita en los demás el conflicto entre la misericordia y la justicia.

Nota redactada en diciembre del 2004, sin internet a mano. Ahora sé que la novela de Asenjo es del 77.




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19 julio 2009

Moral, idioma, Astérix


Aunque Juan Manuel de Prada tiene mucha razón, como siempre, en su artículo del sábado, no me convence la expresión frenos morales. Me suena demasiado negativo, como cuando Carmen Elgazu, en Los cipreses creen en Dios, decía: "la religión es el único freno". Hombre, no. La religión no es un freno, estaríamos frescos. La moral tampoco debe servir sólo para frenar. Por eso yo hubiera hablado de educación, horizontes, norte, barniz, orientación, revestimiento...

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En La estrella polar, de la COPE, volvían a tocar (superficialmente, todo hay que decirlo) el eterno tema: ¿español o castellano? A mí me gustó cómo zanjó la cuestión aquel canario:

-Pues mire, aquí hablamos español, porque el castellano no lo sabemos pronunciar.

En todo caso, creo que se trata de la más estéril de las polémicas. Hay poderosas razones en favor de ambas maneras de denominar a nuestro idioma. Pero, si nos ponemos puntillosos, como habría que llamarlo es hispanoargentinomexicanocubanoetc. etc. etc.
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Astérix cumple cincuenta años. Qué voy a decir que no se haya dicho o que sí se haya dicho. Tal vez, que no se homenajea como es debido a los traductores. El ABC trae una viñeta con los galos tomando la poción mágica y un rótulo: Los galos se preparan... y los romanos están listos.

Me gustaría saber cómo era el original, pero traducir ese tipo de juegos de palabras no debe de ser nada fácil.

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18 julio 2009

Nihil novum


Hay una prensa que puede decirlo todo contra Nos y contra Nuestras cosas, hasta recordando e interpretando en falso y perverso sentido la historia reciente y la lejana de la Iglesia, llegando hasta la pertinaz negación de toda persecución en Alemania, negación acompañada por una falsa y calumniosa acusación de política.


Pío XI, Nella luce (1939)


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17 julio 2009

Introducción a la Literatura (Andrés Amorós)


Algunos llamarían idealista a esta visión de la literatura. Yo creo que es más real que todas esas que contemplan el objeto literario como una simple combinación de elementos lingüísticos, me refiero al estructuralismo y similares doctrinas, o lo que sean. Lo cierto es que esta obra rebosa sentido común y amor al arte. Es lo más completo que he visto en mucho tiempo en cuestión de lo que su título indica, habida cuenta de que el libro homónimo de don José Miguel Ibáñez Langlois es una colección de artículos sin hilo conductor. Los géneros literarios, la periodización, la relación con el mundo, con las ciencias y con las otras artes... Todo ello está tratado de modo asequible y suficiente, a la par que, ya digo, con un admirable buen sentido, lo que es tanto como decir, hoy día, despojado de lastres ideológicos.

Me he pasado casi toda su lectura haciendo entusiastas asentimientos, así que no se puede dar importancia a la única y diminuta pega que me he topado en sus doscientas y pico páginas: no es ridículo, ni descabellado, que un moralista examine una obra literaria desde su punto de vista: si la literatura, como reconoce el propio Amorós, está conectada con lo más específicamente humano, no deja de ser ajena a la dimensión moral. El propio autor lo admite implícitamente, incluso, en otro lugar, cuando cita a Eliot: "la artística no es la única valoración que puede hacerse de una obra literaria".


Nota redactada en diciembre de 1999


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16 julio 2009

Agatha, fobias, vascos

Agatha Christie, ¿clase media? Bien, el problema es que no siempre hablamos de lo mismo cuando hablamos de novela policíaca. Vista como pasatiempo (crucigrama o charada), habría que colocar a Ms. Christie siempre en cabeza. Si contemplamos la cuestión desde el punto de vista literario, es claro que Hammett y Chandler le dan cien vueltas a la Dama del Crimen.

Luego la lista se resiente también de esa confusión, que denuncia el propio Navascués, entre novela policíaca y novela negra. Este fue un rótulo inventado por los franceses (Série Noire) y que venía a incluir lo que los norteamericanos llamaban hard-boiled (Hammett y sus seguidores) pero también otro tipo de relatos desarrollados en un ambiente de crimen y corrupción sin que necesariamente contuvieran un caso a resolver. Es el caso de James M. Cain (con su Cartero, por ejemplo) y de Jim Thompson. Estos tienen bastante poco de policíaco, aunque sí mucho de negro.

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La táctica es sabida. Se lanza la palabra, con ella el concepto, e inmediatamente pasamos todos a creer en fantasmas. Catalanofobia. ¿Alguien me puede citar casos de violencia contra personas o instituciones por el hecho de ser catalanas o defender lo catalán? Digo, cosas como amenazas de muerte, dianas, destrozo de vehículos, agresiones, insultos. En serio, digo: de los que salen en los periódicos. De entidad suficiente para poder hablar de un problema social.

Primero fue la homofobia. En las democracias, por lo visto, el límite a la libertad de expresión pasa por convertir una opinión en un vicio culpable y luego en un delito. Nadie ha sido condenado aún por homofobia, pero el camino está abierto y trillado. Al tiempo con la catalanofobia.

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A propósito: oigo en la radio a uno que se refiere a "los que dicen Vascongadas para molestar a los vascos". No sé las intenciones de otros. Pero si yo digo Vascongadas es porque el término Euskadi fue inventado ex nihilo por un separatista, y no quiero dar alas al separatismo ni mediante el léxico. Ya sé que no es oficial. Tampoco la homofobia figura en el código penal ni en el catálogo de patologías.

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14 julio 2009

Atraso español


-... Y, por favor, ¿en qué año pudieron licenciarse las mujeres en Cambridge?

-Mil novecientos cuarenta y ocho. En eso reconozco que se nos adelantó Oxford, mil novecientos veinte. Supongo que en España sería muy posterior.

-¿Hablas en serio? Vaya, vaya. En España la ley que permite a las mujeres doctorarse con los mismos derechos que los hombres, en todas las universidades, fue promulgada en mil quinientos cinco.

-Perdona, ¿cómo has dicho? Eso, lo siento, no puede ser cierto.

-Absolutamente cierto. La ley fue codificada en mil quinientos dos por los Reyes Católicos y promulgada en el cinco por doña Juana la loca... que no era tan loca. Además te diré que sólo hacía legal lo que ocurría normalmente en la práctica. A finales del siglo quince, mil cuatrocientos y algo, una hija de Nebrija enseñaba Retórica en la Universidad de Alcalá y en Salamanca enseñaba Lenguas Clásicas Lucía de Medrano. Tengo más ejemplos.

En Blanca García-Valdecasas, El árbol de las verdades (que es una novela, no un anecdotario, a pesar de este pasaje)
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13 julio 2009

Humanismo y reforma católica


Es un breve volumen que, como todos los de la colección MC, resulta muy clarificador. No cabe duda de que la Reforma de Lutero marcó poderosamente el período histórico que conocemos como Modernidad. El empeño del profesor Luis Suárez es demostrar que el movimiento que conocemos como Humanismo tuvo que ver más con la ortodoxia católica que con las desviaciones que tuvieron su origen en Ockham y sus seguidores, y que culminaron en la ruptura luterana. La reforma católica venía gestándose desde mucho antes, como reacción ante la lamentable situación de la Iglesia (del clero, sobre todo) en el siglo XIV. Las banderías, la mundanización, el olvido de lo esencial, en suma, dentro del mundo católico, fueron contrarrestadas por la acción de las personalidades que, como suele ocurrir, Dios suscita en "tiempos de desastre". Catalina de Siena, sobre todo, pero también Eckhart, Kempis, Cisneros mucho más tarde en España, son el origen, según Suárez, de lo que más tarde cuaja en el Humanismo, que no sería sino el redescubrimiento de las virtudes humanas, frente al ockhamismo y al luteranismo que las negaban. A pesar de Catalina y los demás, tuvo lugar el gran Cisma, pero sus esfuerzos obtuvieron fruto, con el tiempo, en el Concilio de Trento, que recondujo, por fin, las aguas a su cauce. Un libro de justicia histórica.


Nota redactada en diciembre de 1998


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12 julio 2009

Miscelánea caritativa

Habiendo leído la introducción de la encíclica Caritas in veritate, me doy cuenta de que Flannery O´Connor, en el texto reproducido aquí hace unos días, viene a expresar algo parecido. Separada de su fuente (de la Verdad, de Cristo), la caridad (que sería, así, sólo compasión, o sensibilidad) degenera, llegando incluso al horror. Recuerdo una tira de Sturmtruppen, de Bonvi, en la que dos soldados alemanes se compadecían de unos niños que lo habían perdido todo. El segundo soldado decía: "Sí, cuidado que dan pena... Hay que hacer algo por ellos... Vamos a matarlos".

Entonces, aquello era sólo una sátira del nazismo.

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Hace poco leía un folleto que hablaba sistemáticamente de un miembro del profesorado o un miembro del alumnado para referirse, obviamente, a "un profesor" o "un alumno" cualquiera, con indiferencia del sexo. Cuidaba el hombre, claro, de no molestar a los feministas y politicorrectos. Me da algo de pena (compasión, sí) cuando pienso que, a raíz de las iluminaciones de Aído, tendrá que hacer una nueva edición que diga "miembro o miembra del profesorado". Así es la vida.

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Recomienda don Enrique, para leer en verano, vidas de Cristo. Las que cita no me convencen: a Fernández Carvajal le leo sólo por devoción y de Pedro Antonio Urbina conozco momentos mejores (la de Martín Descalzo no la he leído, pero me consta que escribe bien). Puestos a recomendar vidas de Cristo, yo señalaría al clásico Pérez de Urbel (aquí una muestra) y a Frank J. Sheed, una delicia de lectura y un pozo de ciencia histórica.

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11 julio 2009

Leszek Kolakowski, politólogo:

Después de todo, ¿quién inventó el comunismo? Los Apóstoles de Jesucristo: "todo lo tenían en común", dice el Evangelio.

Pura Sánchez Zamorano (su entrevistadora): Richard Pipes da una réplica humorística de esto último. Aclara que, mientras Jesús y los Apóstoles ponían en común lo que era suyo -lo que habían recibido en caridad, por ejemplo-, los socialistas y comunistas modernos pretenden hacer común y distribuir lo que pertenece a otros.

(Manera muy discreta, a que sí, de decir: "¿tu quoque, gran pensador, me sales a estas alturas con la vieja estupidez?)

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09 julio 2009

Invención para una duda


La invención es la que hace de sí mismo este personaje, cuando empieza a dudar de su existencia como criatura autónoma, cuando se descubre por azar como personaje de ficción, de otra ficción de Antonio Prieto. La novela no es sino este esfuerzo de Juan (que en Tres pisadas de hombre aparece, por lo visto, como figura secundaria y más bien insignificante) por crearse una personalidad.


Son muchas las referencias que podrían citarse como antecedentes de este planteamiento tan audaz. Niebla y Unamuno es el primero que viene a la cabeza, pero también está Pirandello, claro, recordado por Pere Gimferrer en el prólogo. Y por supuesto, está el Quijote, con su doble nivel de realidad. Y son muchas las interpretaciones que podrían hacerse de esta novela de Prieto, a la que le perjudican quizá todos estos ilustres precedentes, y también el hecho de que plantea más que resuelve: lo que empieza (y se desarrolla) como un alucinante conflicto de realidad/ficción acaba desembocando en una rotura de lanza por el poder del amor y de la literatura. Hay mucho lirismo, como es habitual en el autor, y no es un reproche. Y llama la atención el espacio que Prieto se concede a sí mismo, más bajo la máscara de Juan que bajo la suya propia.


Nota redactada en agosto de 2007


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08 julio 2009

"Decidir no es delito", te dicen.

Pero cometer sí.

En todo caso, si insisten en tomarnos por idiotas, les brindo otros eslóganes similares:

-ponerse a no es nada malo;

-hacer no es pecado;

-dar en es perfectamente loable.

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07 julio 2009

La verdadera fuente

Cuando ella entró por la puerta de la Casa de Atlanta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, cayó en manos de mujeres que no se escandalizan de nada y que aman tanto la vida que pasan la suya haciéndosela agradable a aquellos que han sido declarados incurables de cáncer.

Flannery O´Connor, en su semblanza de la niña Mary Ann, recogida en El negro artificial y otros escritos.

Más abajo:

Una de las tendencias de nuestra época es utilizar el sufrimiento de los niños para desacreditar la bondad de Dios y, una vez que se ha desacreditado su bondad, se rompe con él... Con esta compasión que sentimos hacia los que sufren, se hace patente un aumento de sensibilidad y una pérdida de visión. Si otras épocas sintieron menos, veían más, aunque fuera con el ojo ciego, profético y nada sentimental de la aceptación es decir, de la fe. Ahora, con la falta de fe, nos dejamos llevar por la sensibilidad. Es una sensibilidad que, desde que se separa de la persona de Cristo, se convierte en teoría, no es real. Cuando la sensibilidad se separa de su verdadera fuente, el resultado lógico es el terror. Termina en campos de concentración o en la cámara de gas.

... o en leyes sobre muerte digna.

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06 julio 2009

Lo raro es vivir


No sé si acabo de estar de acuerdo con don José Miguel Ibáñez Langlois cuando dice que los grandes novelistas de nuestra época serían aún más grandes si hubieran tenido ideas más definidas sobre moral y doctrina. Pero sí son ciertas dos cosas: a) me hubiera satisfecho mucho más esta novela si Águeda Soler llega a encontrar, al fin, la fe, el asidero definitivo para su vida, con lo que la novela cobraría, no hay duda, otra dimensión; b) aun sin ese final, la obra confirma a Carmen Martín Gaite como uno de los mejores (si no el mejor) novelistas españoles de nuestro tiempo. Con permiso de Eduardo Mendoza, es posible que Retahílas sea la mejor novela española de los 70. Nubosidad variable reafirmó esta genialidad, aunque en cierto modo no era sino una edición corregida y aumentada de la otra; pero con Lo raro es vivir alcanza cotas difícilmente superables. Uno se queda pasmado ante el alarde de estilo de estos no sé cuántos capítulos (doscientas y pico páginas) de una trama más psicológica que otra cosa. Las obsesiones de Águeda, hija única de una familia rota y personalmente de conducta irregular, nos son narradas con una profusión de imágenes que deslumbran al más pintado, sin que en ningún momento parezca exceso de retórica. "Me gustan las metáforas", dice encima, adornándose.

Nota redactada en abril de 1999
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05 julio 2009

Ustedes perdonen

esta semana de ausencia no anunciada. ¿Qué ha ocurrido en estos días? Han enterrado a Farrah Fawcett, la que en los albores de mi pubertad encontraba fascinante, con su melena y su pistola. No acaban de enterrar a Michael Jackson, que nunca me hizo ninguna gracia, salvo en Blame it on the boogie, cuando era negro y simpático. No cumplirá los 98 Karl Malden, el gran secundario, odioso en El árbol del ahorcado, despreciable en Baby Doll y cura valiente en La ley del silencio. Revisionen todo eso y déjense de ángeles, demonios y pagafantas.

Más obituarios: decapitan al presunto carota del CNI. No acaban de decapitar al otro presunto carota, el del PP. Menos al del gobierno, al tercer vice, digo. Pura rutina, en fin.

El lindacara del PSOE hace gestos. A los medios de derechas se les derrite el trasero, y total porque al parecer la táctica del chalaneo ha fracasado (de momento) y ahora se impone la cara de perro. Pronto se olvida contra quién iba aquel chalaneo, pronto se olvida quién es el auténtico enemigo para el PSOE, y quién es sencillamente el rival.

Y lo de Honduras. Unos claman por la democracia para encubrir su querencia por el nuevo caudillismo con más banderas que santos. Otros dicen que la democracia es lo que han salvado los golpistas, aunque un poco a lo basto. Democracia es a las actuales querellas lo que Dios a las antiguas, al parecer. Bueno: por manchar, que se manche un concepto abstracto y vaporoso.

Y poco más. Empieza el verano y sus serpientes. Habrá que hablar de libros.

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